LA VIDA NATURAL
Busca
con tu lengua de amazona
con
tu crueldad con tu olor de mujer que pasa
paladeando
en sus lágrimas su sabor de deriva y de franquicia.
Busca
lejos lo más próximo mío. Busca a mi lado
lo
más lejano mío. Caen las estrellas
orgánicas
y busca ahora el ídolo de labios
constelados
cuando
con un gemido deposita en el viento
su
gran bola de fuego.
Que
nos libren sus uñas de estos trapos empapados
por
la miseria.
Hemos
luchado como perros yo y mi temperamento con su
desnuda y salvaje inconsciencia. Una bestia
se aferra a mi
garganta como un lazo de lluvias. Y tú
busca la sombría
brasa de no hacer nada y de perder
pie. Busca en mí tu
rostro y tu sombra de guardiana
contaminada por la tortura
porque no hay estrella más preciosa
que toda esta
hierba de las islas convertida en
deseo.
¡Y
el ídolo con su roja mirada de fogonero entre el humo
mojado de la locomotora y su negro
calor de tribu jadeando
en el andén!
¡Que
nos entregue su almendra táctil al borde del mundo!
Ese
tesoro de decapitaciones
su
hocico suave y cálido de asno que echa su aliento
en los sentidos
todo
su misterio en el enjambre de violetas y besos desplegado
por tu cuerpo entre las maravillas de
la noche.
Enrique
Molina
Cuadro de Claude Monet
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