miércoles, 7 de septiembre de 2022

ERES ALTA Y DELGADA

 


ERES ALTA Y DELGADA

 

Sorprendida por un deseo agrio y una apacible

seducción

vertida de sufrimientos pálidos y silenciosos

dolores estridentes y largos

sus manos pequeñas y su vergüenza y el amor

tocando su cintura

el amor que no cae milagrosamente

que se ejerce y que no se revela como a veces

suponemos

el amor que viene y va que encanta y repugna

y su soledad sin el amor revelado

y sin el otro amor compartido

la soledad sin esperanza y sin ternura

sin tibias palabras

o la atmósfera de una conversación

sin el resplandor de alguna bondadosa manera

–su madre debió ser así

delgada como el maíz

alta como la voz del canto

cambiante

como la flor de Alejandría-

y las horas acariciadas

por su corazón maltratado y joven

y las apariencias fáciles

y las promesas y los sueños

este presumible destino que nunca pudo dominar

este desorden de abismo y hechos mezclados en

el tiempo

esta vida que maltrata y consuela.

 

Francisco Urondo

Cuadro: El nacimiento de Venus de Sandro Boticcelli

 

 

 

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