miércoles, 14 de septiembre de 2022

AMOR, MUNDO EN PELIGRO

 


AMOR, MUNDO EN PELIGRO

 

Hay que tener cuidado, 

mucho cuidado: el mundo 

está muy débil, hoy,

y este día es el punto 

más frágil de la vida.

Ni siquiera me atrevo 

a pronunciar el nombre, 

por si mi voz rompiera 

ese encaje sutil

labrado por alternos 

de sol y luna, rayos, 

que es el pecho del aire.

Hay  que soñar despacio: 

nuestros sueños deciden 

como si fueran pasos;

y detrás de ellos quedan 

sus huellas, tan marcadas, 

que el alma se estremece 

al ver cómo ha llenado 

la tierra de intenciones 

que podrían ser tumbas 

de nuestro gran intento.

 

Soñar casi en puntillas 

porque la resonancia 

de un sueño, o de un pie duro 

en un suelo tan tierno 

podría derribar 

las fabulosas torres 

de alguna Babilonia.

 

Hay que afinar los dedos: 

hoy todo es de cristal 

en cuanto lo cogemos.

Y una mano en la nuestra 

quizá se vuelva polvo 

antes de lo debido

si se aprieta más 

que a un recuerdo de carne.

 

Hay que parar las gotas 

de la lluvia: al caer 

en la tierra abrirían 

hoyo como sepulcros; 

porque el suelo es tan blando 

que en él todo es entierro.

Parar, más todavía, 

cuando estemos al borde 

de algún lago de plata, 

el afán de llorar 

que su gran parecido 

con un lago de plata 

en nosotros provoca.

 

Sí, detener las lágrimas. 

Si una lágrima cae 

hoy con su peso inmenso 

en un lago o en unos 

ojos que nos querían 

puede llegar tan hondo 

que destruya los pájaros 

del cielo más amado,

y, haciendo llover plumas, 

llene toda la tierra 

de fracasos de ala.

No hay que apartar la vista 

de los juncos de azogue 

donde el calor se mide.

Si el ardor sube mucho 

en pechos o en termómetros,

puede arruinar la tierna

cosecha que prometen

tantas letras sembradas

en las cartas urgentes.

 

Pedro Salinas

Cuadro: Pasaje por el dolor de Miguel Oscar Menassa

No hay comentarios:

Publicar un comentario