EL TIEMPO SE ROMPE
El tiempo se rompe sobre mi piel
amanece más allá de los minutos
entre palabras vanas, aquellas
que no puede pronunciar.
Mañana no será
aunque recorra
lo nunca visto, lo soñado
el brillo de mis ojos.
Caían sobre mí todas las mañanas
embelesadas ocupaban su lugar.
Cuando mi rostro se ausentó pasaron años
mis ojos enmudecieron sin rigor
mis labios no se abrieron más.
Sin decisiones, ni amores
ni lujurias, mis ojos se cerraron
al abismo de un beso.
Levanté la copa de la vida ausente
cerré en presente los puños de la muerte
dibujando mi nuevo rostro en una página.
La máquina del
tiempo trituró mis manos
me rompió en fragmentos infinitos
apresuró mi paso hacia ningún destino
y, sin embargo, no le entregué nada.
Amelia Díez
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