CULPA
Si un niño
agoniza, poco a poco, en silencio,
con el vientre
abombado y la cara de greda.
Sin un bello adolescente
se suicida una noche
tan sólo
porque el alma le pesa demasiado.
Si una madre
maldice soplando las cenizas.
Si un soldado
cansado se orina en una iglesia
a los pies de
una Virgen degollada, sin Hijo.
Si un sabio
halla la fórmula que aniquile de un golpe
dos millones
de hombres del color elegido.
Si las hembras
rehúyen al parir. Si los viejos
a hurtadillas
codician a los guapos muchachos.
Si los lobos
consiguen mantenerse robustos
consumiendo la
sangre que la tierra no empapa.
Si la cárcel,
si el miedo, si la tisis, si el hambre.
Es terrible,
terrible. Pero yo, ¿qué he de hacerle?
Yo no tengo la
culpa. Ni tú, amigo, tampoco.
Somos gente
honrada. Hasta vamos a misa.
Trabajamos. Dormimos.
Y así vamos tirando.
Además, ya es
sabido. Dios dispone las cosas.
Y nos vamos al
cine. O a tomar un tranvía.
Ángela Figuera
Aymerich
Cuadro: ·Hay almas que tienen" de Miguel O. Menassa
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