martes, 9 de abril de 2024

A NIEBLA, MI PERRO

 


A NIEBLA, MI PERRO

 

 

“Niebla”, tú no comprendes: lo cantan tus orejas,

el tabaco inocente, tonto, de tu mirada,

los largos resplandores que por el monte dejas,

al saltar, rayo tierno de brizna despeinada.

Mira esos perros turbios, huérfanos, reservados,

que de improviso surgen de las rotas neblinas,

arrastrar, en sus tímidos pasos desorientados

todo el terror reciente de su casa en ruinas.

A pesar de esos coches fugaces, sin cortejo,

que transportan la muerte en un cajón desnudo;

de ese niño que observa lo mismo que un festejo

la batalla en el aire, que asesinarle pudo;

a pesar del mejor compañero perdido,

de mi más que tristísimo familia que no entiende

lo que yo más quisiera que hubiera comprendido,

y a pesar del amigo que deserta y nos vende;

“Niebla”, mi camarada,

aunque tú n lo sabes, nos queda todavía,

en medio de esta heroica pena bombardeada,

la fe, que es alegría, alegría, alegría.

 

Rafael Alberti

Cuadro: "Hacia el poema" de Miguel O. Menassa

 

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