LA VOZ DE LA BESTIA
Cabalgó feroz
la locura enfurecida, esperando poder
movimientos
alados, lujurias antes del alba.
La luz de
nuestros cuerpos les partía el corazón a los extraños.
Para que yo
no necesite nada, la música de los imposibles
convocaba
permanentemente al ser de la escritura.
La voz de la
bestia me llamaba, intentando que escriba
incógnitas
perdidas y liberadas.
Espero que
la insolencia del lenguaje n me encuentre distraída.
Fuimos ángeles,
yo lo recuerdo.
Volábamos sobre
los campos recién sembrados, buscando
extraños
recuerdos que nunca supimos por qué necesitábamos tanto.
Insólito el
tiempo. gozaba de la santidad que ocultaban nuestras
carcajadas.
Sucias habilidades
de mendigos disfrazados de hombres cultos,
nos aislaron
el cuerpo.
Los escombros
no tocaron nuestro cielo.
Solo quedaba
la escritura para penetrar los aires que cruzan
mares
insurrectos.
Sin corazón
reconocido, podremos vivirlo todo de nuevo.
Son brutales
los misterios.
Lucía Serrano
Cuadro: "La selva de mi" de Miguel O. Menassa
buen trabajo poético Gloria
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