sábado, 2 de abril de 2022

OTRA GUERRA



 OTRA GUERRA

 

Como aves de acero, las palabras del opresor

sobrevuelan el cielo, encenizan el azul del sueño, 

lanzan mensajes de escisión al abrazo de un niño

y en un silbido derrumban la solidez de las piedras.

Así, la mudez en tus labios enturbia la angostura de mi aliento,

sin desconocer el fondo del destierro.

 

Como orcas endemoniadas

surcan el mar contaminando mareas,

las especies huyen de la quema,

el trasiego y el canto deja paso al grito desencajado,

otros océanos ocultan la estirpe,

el fondo se hace cada vez más inverosímil

y la amenaza abre la herida de la aflicción.

 

La tierra gime la huida de los pasos que la habitan,

olvida su verdor y yace sin el producto del pan,

la simiente cae como la lágrima sobre una extensa tez,

resbalando el último beso

deglutiendo el pavor a un mañana,

emergiendo del lecho al proferir la acritud en tu mirar. 

 

Se veía venir la explosión de las palabras,

como las llamas en la puerta aledaña,

el grito ensordecido sólo era una fútil osadía,

el ojo apunta desde su atalaya,

tambores lejanos parecen derruir exclamaciones,

el niño declama su linaje y la madre adorna su canto,

lienzos ondean la penumbra, ensalzan señuelos de dolor

dejando la desnudez de las almas a la cordura del estertor.

 

Así en la senda de otras vidas,

vestidas con la plática de la confusión

deambulan entre colinas de holocausto,

percibiendo sus días como el final de un hálito

cada vez que cruzan el zaguán de su puerta,

mientras la ceguera de la muchedumbre

acota en fugaces nimiedades soslayando el pulso del destino.

 

Gloria Gómez Candanedo

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