La
poesía no se enamora nunca, Ella se entrega libremente, sólo, a todo aquel
dispuesto a trabajar en su lectura. Y puede censurar o exiliar a los poetas, mas
siempre habrá poesía. En cada revolución, en cada científico o artista hay un
poeta y, aunque no todo poema sea poesía, ni toda investigación es ciencia, bueno
es balbucear para llegar al habla.
Publicar
un libro de poesía, Yosune, te expone y autoriza. Primero se lee, después se
escribe y algunos aceptan el mandato social de publicar, hacer público que
Ella, mujer o locura forman parte de la cultura.
La
Poesía, es un instrumento de conocimiento, dicho de otra manera, es una máquina
herramienta capaz de producir conocimientos y con ello la posibilidad de
transformaciones concretas en la salud, la educación, el arte, la política y la
ciencia.
La
poeta que hoy nos presenta su primer libro, es una representante de todo ello. Ella
llegó al taller de Poesía con el andamiaje de su formación académica, con sus
tildes y acentos, con sus conocimientos adquiridos, pero virginal frente a la
hoja en blanco, temblaban en sus manos los poemas y las palabras no alcanzaban
la voz del deseo.
Años
después de intenso trabajo grupal, hoy nos presenta, no lo mejor que puede
llegar, sino el primer poemario “Los recuerdos del olvido”. Un primer libro
debe ser leído, difundido y materia prima para los próximos ejercicios poéticos.
Sin prisas, con las pausas necesarias, con la correcta puntuación, con los
puntitos sobre cada “i” y los dobles espacios que el tiempo construye en cada
amante de la poesía.
Como
coordinador del taller de Poesía, es un orgullo contar con integrantes
trabajadores, a veces, díscolos, otras valientes mujeres y algunos hombres que
se exponen delante de los seres queridos, amigos y familiares a leer sus poemas
como un cuerpo de palabras en libertad.
Yosune
trabaja como docente en una Institución de Alcalá de Henares y se animó con las
consignas de la poesía, llevando a su centro escolar revistas, organizar
recitales y leer en voz alta delante de sus alumnos, lo que debe ser un derecho
para todo docente: transmitir el deseo de, jugando con las palabras, pensar a
los niños capaces de crecer en libertad.
Sí
señoras y señores, los niños tienen tanta inteligencia como sabiduría los
ancianos. Eso nos enseña la Poesía y también que la educación es un proceso
grupal, que no sólo puede recaer en los padres y, la salud no es algo innato o
natural es una producción singular en cada sujeto.
La
Poesía nos muestra que en el amor, el trabajo, la familia o la cultura la
tolerancia con los otros y con uno mismo, debe ser máxima y los límites
precisos.
Las
exigencias no deben recaer como culpa sobre nadie, en todo caso la
responsabilidad es cumplir nuestras tareas de la forma más deseante posible. Y les
aseguro que la Poesía, es una de las mejores tecnologías a nuestro alcance en
la producción del deseo más civilizado.
Los
efectos que la Poesía produce en el lector, son evidentes también en la Poeta
que hoy nos convoca. Frente a Ella, todos somos torpes, prejuiciosos o
ignorantes doctos, antes de sumergirnos en su majestuosidad.
Para
ir puntuando la semblanza, rescatar unas frases de nuestro Juan Ramón Jiménez,
pronunciadas en junio de 1936 y aún vigentes: “El político que ha de
administrar un país, un pueblo debe estar impregnado de esa poesía profunda que
sería la paz de su patria. Si el político sintiera y pensara en la mañana de
cada día con los poetas de todos los tiempos y en particular los de su propio
país, sería alimento constante de su vida y ¡qué día tan distinto para él y
para su país sería el día!. Y si antes
de ir al parlamento preparara poéticamente su actividad, su pensamiento, su carácter,
¡qué giro tan distinto tomarían sus intervenciones y cómo no oiríamos ni veríamos
lo que vemos y oímos cada tarde, esas tardes tristes de los mercados
parlamentarios!. Porque la verdadera poesía lleva siempre en sí la justicia, y
un político debe ser siempre un hombre justo, un poeta; y su política, justicia
y poesía”.
Te
felicito Yosune, y felicito a todos los Teatineros, por contar por primera vez,
según me contaron, con una poeta en
vuestro pueblo y colaborar con ello en la forma más perdurable del amor y el
trabajo.
Gracias
Carlos
Fernández del Ganso
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