viernes, 15 de abril de 2022

LA TARDE MUERTA

 


LA TARDE MUERTA

 

 

Se moría la tarde rosa

de una primavera lejana

desmayándose temblorosa

en los vidrios de mi ventana.

Por mi alcoba cerrada al huerto

y a la carretera tan larga,

pasaba el minuto desierto

con una lentitud amarga.

Ya del sol no quedaba ni una

mancha de oro en el  infinito.

Yo no he visto cosa ninguna

más triste que ese azul marchito.

¡Tanto tiempo! Dije, hace tanto

que declinó esta tarde mustia

con un helado desencanto

y aromada de vieja angustia.

Delante de los callejones

bordados de ramas gentiles

al rimar mis desolaciones

bajo mis canas infantiles!

…Oh, la sentimental pobreza

de los que ni una flor cortamos,

porque fue hostil la maleza

para la prisa que llevamos.

De los romeros taciturnos

que fuimos desdeñando todo,

llenos de los cielos nocturnos

que mientes astros en el todo!

Caminos tiene el alma!...¿fuimos

quizás en busca de remedio…?

Siempre asolados nos rendimos

ante las llanuras del tedio…

Y después de soñar ilusos

que el término no estaba lejos,

nos despertamos muy confusos

porque nos encontramos viejos.

Ah, quién mirada la dulzura.

 

José Hierro

 

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