SOY UN VAGABUNDO
Yo no soy más que un
hombre sin oficio y sin gremio,
no soy un constructor de
cepos. ¿Soy yo un constructor
de cepos?
¿He dicho alguna vez:
Clavad esas ventanas, poned
vidrios y pinchos en las
cercas?
Yo he dicho solamente: No
tengo podadera, ni tampoco
un reloj de precisión que
marque exactamente los
rítmicos latidos del
poema.
No es la hora de la
flauta.
¿Piensa alguno que porque
la trilita dispersó los orfeones
tendremos que llamar de
nuevo a los flautistas?
No.
No es ésta ya la hora de
la flauta.
Es la hora de andar, de
salir de la cueva y andar…
de andar… de andar… de
andar.
Yo soy un vagabundo,
yo no soy más que un
vagabundo sin ciudad, sin decálogo
y sin tribu.
Y mi éxodo es ya viejo.
En mis ropas duerme el
polvo de todos los caminos
y el sudor de muchas agonías.
Hay saín en la cinta de mi
sombrero,
mi bastón se ha doblado
y en la suela de mis
zapatos llevo sangre, llanto y tierra
de muchos cementerios.
Lo que sé me lo han
enseñado
el Viento,
los gritos
y la sombra… ¡la sombra!
León Felipe
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