VÉRTICE
Toco
los vértices empañados de tus ojos con mis dedos
toco,
amplia, la soledad aprisionada
toco
trémula carne en tu fría indiferencia.
Tras
oscuros tuétanos de luz,
túnel
anclado en mi memoria
te
intuyo cerca, muy cerca
mientras
madrugadas como olas
reverdecen
mi mirada,
santuario
de antiguos monstruos
que
sobre el aire viven,
sobre
vértices destrozados por triste sombras
sombras
que deambulan
buscando
noches a las que dar cobijo.
Madrugadas
de olas reverdecen mi mirada
veloz
carrera hacia la extensa curva
que
ondea fulgurante en las simas más profundas
de
audaces y silenciosos océanos.
Y,
sin embargo,
en
el vértice diáfano de esta página,
escucho
tus pasos
ritmo
cadencioso de vacío movimiento
fugaz
devenir, extendido entre las letras.
Mª
Rosa Puchol Pérez
Del
libro: Interludio”
Cuadro: "Hay almas que tienen" de Miguel Oscar Menassa
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