LA
FUENTE DE SANGRE
A
veces siento mi sangre correr en oleadas,
lo
mismo que una fuente de rítmicos sollozos;
la
oigo correr en largos murmullos,
pero
en vano me palpo para encontrar la herida.
A
través de la ciudad como un campo cerrado,
va
transformando las piedras en islotes,
saciando
la sed de cada criatura,
y
colorando en rojo toda la natura.
A
menudo he pedido a estos vinos
aplacar
por un solo día el terror que me roe;
el
vino toma el mirar más claro y el oído más fino.
He
buscado en el amor un sueño de olvido;
mas
para mí el amor es un lecho punzante,
hecho
para dar de beber a esas mujeres crueles.
Charles
Baudelaire
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