POEMA NÚMERO UNO
Escucha: ¿no oyes el latido desbordado de mi boca
que huye como ave nocturna
hacia el perfil de
aquellos nuestros cuerpos
sumidos en la locura?
Amante de la geografía de
tu profunda mirada
permanezco expectante en
los rescoldos de las tardes aciagas.
Arrastrada por la belleza
de la luna llena
navego en el torrente
ardiente de tu garganta
componiendo este arpegio
infinito
que brota de mis labios
sedientos
rehaciendo, una y otra
vez,
la escondida caligrafía de
mis sueños.
Maribel Domínguez Duarte
De "Nombre de mujer"
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