domingo, 20 de enero de 2019

LAS TARDES DE NOVIEMBRE - Gloria Gómez Candanedo


LAS TARDES DE NOVIEMBRE


Somos capaces de construir puentes levadizos,
sobre un océano, unir continentes lejanos,
sólo para ver el color de su cielo.
Capaces de hacer volar un satélite,
cruzar la estratosfera, la onda terrestre,
sólo para clavar un trozo de tela en otro planeta.
Capaces de minar la tierra hasta su núcleo voraz,
para encontrar un preciado metal.

Soportamos una corona de espinas
en nuestra frente, por piedad,
arrastramos pesadas cadenas en nuestro torso,
sin suspiro,
por demostrar una entereza pusilánime.
Avanzamos en sendas marcadas
por rocas abruptas con los pies descalzos,
por una empecinada miseria.

Sin embargo, a veces, no somos capaces de abrazar
con sencillez, ante un orgullo anquilosado.
Dejamos pasar los días delante de nuestra tez
por la torpeza de una palabra callada,
una palabra amiga, incapaz de volar;
y las tardes de noviembre llegan,
y su luz gris cae sobre nuestros hombros,
su niebla encorva nuestro árbol
y sus hojas van cayendo,
encubriendo nuestro lecho,
ahogando nuestra risa frente al espejo,
dejando nuestro tronco desnudo,
de una primavera olvidada
en el desván de los sueños rotos.

Gloria Gómez Candanedo
De “Nombre de mujer”

No hay comentarios:

Publicar un comentario