lunes, 14 de enero de 2019

Presentación del libro "Nombre de mujer" por Carmen Salamanca





PRESENTACIÓN DEL LIBRO
NOMBRE DE MUJER


            Hoy presentamos el primer libro de tres autoras: Esther Núñez Roma, Maribel Domínguez Duarte y Gloria Gómez Candanedo. Pertenecen desde 2010 al taller de poesía Grupo Cero en Alcalá, coordinado por Carlos Fernández, al que dedican el libro. Desde esa fecha, han organizado recitales y publicado en blogs y revistas.
            La aparición de un primer libro de poesía es algo equivalente a un nacimiento, es una alegría cuyo alcance no se puede prever, y tampoco sus consecuencias. Y es que un libro es un objeto vivo, podríamos decir. Desde la materia prima, los poemas, hasta el producto final, el libro, hay un proceso de construcción en el que el autor, la mayoría de las veces, está en medio intentando sobrevivir. 
            En este caso, el proceso ha sido especialmente interesante, y divertido, puesto que "el autor" era tres mujeres. Y eso implica, de entrada, montones de palabras, infinidad de ideas, conceptos diferentes, creatividad sin límites y, al final, un pacto: ceder en algo para que la criatura nazca.
            Oscar Wilde escribió: "Una mujer que es capaz de decir su edad, es capaz de decir cualquier cosa". Pues bien, en la contraportada del libro tienen esa primera muestra de valentía. En el interior, muchas más.
            El cuadro de portada se llama "Cuando la mujer desea", sobre un fondo malva, y muestra tres rostros cuya mirada nos interroga.

            El libro está dividido en tres secciones, una por cada autora. La primera corresponde a Esther Núñez Roma, y se titula El barrio. Sus primeros versos son también el comienzo del libro, y enmarcan de manera muy oportuna la situación:

Es ese triángulo interminable de vastedad
que aprisiona la intransitable voz en la garganta,
son las palabras
las que apuntan con el fusil quebradizo de la muerte.

            Un triángulo interminable hecho de palabras, un libro de poesía escrito por tres mujeres.
            Hay palabras que Esther repite en sus textos: nostalgia, pasado, tiempo, melancolía, recuerdo... Un ejemplo es el poema que da título a la sección, “El barrio”, en el que hace un recorrido por escenas que forman parte de su bagaje existencial y que, a modo de resumen, esbozan una figura que se irá puliendo en páginas posteriores.
            Pero no hay que confundirse: la autora utiliza esas palabras, pero no hay dolor en ellas, ni un atisbo de tristeza. Muy al contrario, más bien son como el trampolín que la catapulta hacia un presente en plenitud.
            Destaquemos el poema “Mi primera juventud”, en el que la escritura aparece para quedarse, presagiando nuevos horizontes.
            Maribel Domínguez Duarte es la autora de la segunda parte del libro: Atravesando la frontera, que también es el título de uno de sus poemas y representa una de las dos líneas temáticas de sus escritos. Palabras como deseo, pasión, labios, pecho, piel, beso, sed... nos hablan de una sensualidad que atraviesa estas imágenes, y que hablan de una verdad. No es una pose ni un artificio esta manera de contar las cosas, es una necesidad lo que impulsa a Maribel a plasmar su realidad a través de ese interlocutor cómplice.
            En el poema “Si pudiera”, la poeta confiesa:

...
si pudiera no sentirte tan adentro...
si pudiera...

            La otra línea temática es la familia y su éxodo vital. Los poemas “Seguiré remando”, “A los que dejaron su tierra” o “Mientras los ángeles cantan los diablos sueñan”, nos hablan de la construcción del pasado, de procesar en la propia vida la historia de predecesores emigrantes. Un arraigo conseguido contra viento y marea.
            La tercera parte del libro está firmada por Gloria Gómez Candanedo, y se titula Raíces. En este caso no se corresponde con el título de ningún poema. Lo que encontramos en estos poemas es un tono más pausado, pero a la vez con una energía aplastante. Es una especie de revisión vital en la que la realidad y la historia son calibradas bajo un punto de vista de quien ya no se asusta y precisamente por eso sigue denunciando.
            Hay poemas de amor, como el primero, “Iré disfrazada con mi perfume” o “No supe”, en los que la distancia disecciona sentimientos sin rencor.
            En cuanto a la forma, es frecuente la rima asonante, que no resta firmeza ni rotundidad a sus afirmaciones. Un ejemplo es “Voy a escribir un soneto”, dedicado a los jóvenes, en el que nos muestra un saber forjado entre palabras.
            Destacaremos el final del poema “Nueva noche vieja”, a modo de resumen de todo lo que hemos dicho:
           
Historias, historias
se repiten las historias cada noche vieja,
siempre las mismas,
y siempre la misma ceguera.

            Tres autoras, tres estilos, un libro. Y esto quiere decir que el resultado posee coherencia interna, no son tres libros, es una unidad perfectamente ensamblada en la que todos los poemas trabajan para un mismo fin: transmitirnos la pasión por la poesía.

Carmen Salamanca Gallego
Gerente de la Editorial Grupo Cero
           





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