PRESENTACIÓN
DEL LIBRO
NOMBRE DE
MUJER
Hoy presentamos el primer libro de
tres autoras: Esther Núñez Roma, Maribel Domínguez Duarte y Gloria Gómez
Candanedo. Pertenecen desde 2010 al taller de poesía Grupo Cero en Alcalá, coordinado
por Carlos Fernández, al que dedican el libro. Desde esa fecha, han organizado
recitales y publicado en blogs y revistas.
La aparición de un primer libro de
poesía es algo equivalente a un nacimiento, es una alegría cuyo alcance no se
puede prever, y tampoco sus consecuencias. Y es que un libro es un objeto vivo,
podríamos decir. Desde la materia prima, los poemas, hasta el producto final,
el libro, hay un proceso de construcción en el que el autor, la mayoría de las
veces, está en medio intentando sobrevivir.
En este caso, el proceso ha sido
especialmente interesante, y divertido, puesto que "el autor" era
tres mujeres. Y eso implica, de entrada, montones de palabras, infinidad de
ideas, conceptos diferentes, creatividad sin límites y, al final, un pacto:
ceder en algo para que la criatura nazca.
Oscar Wilde escribió: "Una
mujer que es capaz de decir su edad, es capaz de decir cualquier cosa". Pues
bien, en la contraportada del libro tienen esa primera muestra de valentía. En
el interior, muchas más.
El cuadro de portada se llama "Cuando la mujer desea", sobre un
fondo malva, y muestra tres rostros cuya mirada nos interroga.
El libro está dividido en tres
secciones, una por cada autora. La primera corresponde a Esther Núñez Roma, y
se titula El barrio. Sus primeros versos son también el comienzo del libro, y
enmarcan de manera muy oportuna la situación:
Es
ese triángulo interminable de vastedad
que
aprisiona la intransitable voz en la garganta,
son
las palabras
las que apuntan con el
fusil quebradizo de la muerte.
Un triángulo interminable hecho de
palabras, un libro de poesía escrito por tres mujeres.
Hay palabras que Esther repite en
sus textos: nostalgia, pasado, tiempo, melancolía, recuerdo... Un ejemplo es el
poema que da título a la sección, “El barrio”, en el que hace un recorrido por
escenas que forman parte de su bagaje existencial y que, a modo de resumen,
esbozan una figura que se irá puliendo en páginas posteriores.
Pero no hay que confundirse: la
autora utiliza esas palabras, pero no hay dolor en ellas, ni un atisbo de
tristeza. Muy al contrario, más bien son como el trampolín que la catapulta
hacia un presente en plenitud.
Destaquemos el poema “Mi primera
juventud”, en el que la escritura aparece para quedarse, presagiando nuevos
horizontes.
Maribel Domínguez Duarte es la
autora de la segunda parte del libro: Atravesando la frontera, que también es
el título de uno de sus poemas y representa una de las dos líneas temáticas de
sus escritos. Palabras como deseo, pasión, labios, pecho, piel, beso, sed...
nos hablan de una sensualidad que atraviesa estas imágenes, y que hablan de una
verdad. No es una pose ni un artificio esta manera de contar las cosas, es una
necesidad lo que impulsa a Maribel a plasmar su realidad a través de ese
interlocutor cómplice.
En el poema “Si pudiera”, la poeta
confiesa:
...
si pudiera no sentirte tan
adentro...
si pudiera...
La otra línea temática es la familia
y su éxodo vital. Los poemas “Seguiré remando”, “A los que dejaron su tierra” o
“Mientras los ángeles cantan los diablos sueñan”, nos hablan de la construcción
del pasado, de procesar en la propia vida la historia de predecesores emigrantes.
Un arraigo conseguido contra viento y marea.
La tercera parte del libro está
firmada por Gloria Gómez Candanedo, y se titula Raíces. En este caso no se
corresponde con el título de ningún poema. Lo que encontramos en estos poemas
es un tono más pausado, pero a la vez con una energía aplastante. Es una
especie de revisión vital en la que la realidad y la historia son calibradas
bajo un punto de vista de quien ya no se asusta y precisamente por eso sigue
denunciando.
Hay poemas de amor, como el primero,
“Iré disfrazada con mi perfume” o “No supe”, en los que la distancia disecciona
sentimientos sin rencor.
En cuanto a la forma, es frecuente
la rima asonante, que no resta firmeza ni rotundidad a sus afirmaciones. Un
ejemplo es “Voy a escribir un soneto”, dedicado a los jóvenes, en el que nos
muestra un saber forjado entre palabras.
Destacaremos el final del poema “Nueva
noche vieja”, a modo de resumen de todo lo que hemos dicho:
Historias,
historias
se
repiten las historias cada noche vieja,
siempre
las mismas,
y siempre la misma ceguera.
Tres autoras, tres estilos, un
libro. Y esto quiere decir que el resultado posee coherencia interna, no son
tres libros, es una unidad perfectamente ensamblada en la que todos los poemas
trabajan para un mismo fin: transmitirnos
la pasión por la poesía.
Carmen Salamanca Gallego
Gerente de la Editorial Grupo Cero
Carmen Salamanca Gallego
Gerente de la Editorial Grupo Cero
No hay comentarios:
Publicar un comentario