ALMA SALVAJE
Entre la multitud y la
gran ciudad
es tu boca, una ancha y
acogedora ribera,
mis labios, y el deseo de
acariciarla
lentamente, llega…
Abriéndose, mi piel
sedienta
a la cálida brisa de tu
sonrisa
como a las primeras
lluvias de la primavera.
En el cauce de tus brazos
fluye libre,
un torrente de pasión,
tus ojos, tu mirada, tus manos,
mi cuerpo: un volcán en
erupción.
Fuego, tierra, lava,
pasión encendida,
manantial de estrellas
que devasta la madrugada
declinando el día;
hambrientos devoramos la
alborada,
somos, naturaleza
encendida:
almas salvajes, latidos de
vida.
Maribel Domínguez Duarte
De “Nombre de mujer”
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