Presentación del libro LA MÁQUINA DEL TIEMPO
de Carlos Fernández del
Ganso
Señoras
y señores, amigas y amigos todos:
Ved aquí
a un servidor, presente en el umbral de este acto en nuestra alcalaína y magna
Casa del Libro aceptando la invitación para –junto a mi admirada escritora, la
novelista laureada, Teresa Galeote—poner en vuelo la noticia de la publicación
del poemario LA MÁQUINA DEL TIEMPO, editado por el Grupo Cero de Poesía y
Psicoanálisis y cuyo autor es, desde hace bastantes años, mi amigo y reconocido
poeta, Carlos Fernández del Ganso.
Y cuanto
antes debiera decir que quien les habla carece de méritos que le avalen como crítico
literario aunque, eso sí, con buena voluntad puede hilvanar unas palabras
meditadas en el justo intento de expresar su más sincera opinión sobre el libro
que nos ocupa y la personalidad de su autor.
Y aún
siendo casi innecesario, de ser tan conocido el poeta, parece oportuno ofrecer,
siquiera brevemente, algún dato sobre su vida y obra: Carlos Fernández del
Ganso ejerce como médico y psicoanalista perteneciente al Grupo Cero y viene
publicando libros desde 1995, además de realizar una intensa actividad como
articulista, conferenciante y coordinador de talleres de poesía en Alcalá.
Respecto
al libro que hoy nos cabe presentar, LA MÁQUINA DEL TIEMPO, decir que es el
quinto poemario de Carlos, desde que en 1995 publicara el primero, titulado Contando Piedras. Y si en el léxico
taurino se suele decir que no hay quinto
malo, creo que en esta literaria ocasión se cumple la expresión
sobradamente.
Ya nos
dejó escrito Antonio Machado que la
poesía no es sino palabra en el tiempo, y cómo no recordar en este
centenario de su nacimiento –poetas del Grupo Cero—a nuestro y vuestro querido
Leopoldo de Luis cuando escribe: Somos de
tiempo, soledad y tiempo…
Para Carlos
La máquina del tiempo, que corre o
vuela, avanza con su lírico mecanismo con parada en esas cuatro estaciones, que
son escenarios de los poemas escritos sobre el pasado y el presente; pilares en
los que se estructura el libro. Estos cuatro tiempos: Íntimos extraterrestres. Poemas de carne y hueso. Tres generaciones de
libros y Clínica de la vida que recogen un total de 77 composiciones.
Y creo
que ya es hora de decir que nos encontramos con un denso poemario donde prima
un lenguaje poético, libre y transparente, que nos invita a participar de su
escenografía donde se representan multitud de imágenes, de sentimientos que
afloran sobre los recuerdos distintos y distantes plenos de emociones, en
versos que llevan el sello del pulso de un inspirado creador y de una brillante
pluma que nos transporta a ese mundo del poeta, si pretérito, latente y vivo y,
si presente, dando fe de la realidad del vivir de cada día, del hombre y su
circunstancia donde el poeta muestra su raíz más amorosa y solidaria
atestiguando: todos los días amo, escribo
y olvido.
Así que
este libro, digo yo que es como una especie de autorretrato donde queda
reflejada ampliamente la esencia del autor desde un amplio abanico de títulos,
con páginas de poemas intensamente encendidos de Amor; con fechas de
aniversarios entre alegrías o tristezas; con cartas y homenajes; de evocación
de los seres ausentes más queridos; versos de reflexionar sobre la libertad, la
justicia social, la guerra y la paz, la vida y la muerte o sobre los sueños;
cantando a su entrañable geografía y, luego, regresando a la infancia con sus
tebeos, o ya volviendo a la clínica de la
vida como buen conocedor de la relación de la poesía con la mente y con el
cuerpo… Y no le falta tiempo para rendir su total agradecimiento al maestro
Miguel Óscar Menassa cuando éste
escribe Si es posible el poema es posible
la vida. El gran Menassa que le regala para esta edición del libro el
ardiente cuadro de la portada titulado El
baile de la serenidad y el arte de su grafito en gran número de dibujos
ilustrando sus poemas.
Escuchad
al poeta cuando canta: Poesía. Máquina
del tiempo. Voz. Digamos, profunda y luminosa voz la de Carlos Fernández
que nos conduce, por los calendarios y relojes de arena que regulan el tiempo,
con certeros versos que nos hacen soñar o, tal vez, nos convierten en cómplices
para gozar de la plástica de su mensaje.
Y, por
alcalaíno que soy, no puedo dejar de agradecerle su poema referente a Alcalá de
Henares, la ciudad de las tres culturas,
donde Carlos reside y dice debutó nuestra
primera juventud.
Termino
ya, no sin antes recomendar a todos ustedes la lectura de tan granado poemario.
Y aunque después de estas palabras de Teresa y mías, a manera de prólogo, nos
encontremos impacientes ya porque el poeta de viva voz nos deleite con sus
versos, no me resisto a destacar éstos de encendida pasión amorosa dedicados a
su compañera y destinataria del libro, Pilar Rojas:
Amada compañera en la
producción del tiempo,
a veces la lluvia se
hace intensa y el sol pinta sombras
que trepando las paredes
del hogar
avanzan el techo del
olvido.
A veces la noche no
llega nunca y nos desploma el sueño
abrazando con tierna
pasión nuestros cuerpos.
Muchas gracias.
Luis de Blas
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