lunes, 12 de noviembre de 2018

Presentación de La Máquina del tiempo por Luis de Blas






Presentación del libro LA MÁQUINA DEL TIEMPO
de Carlos Fernández del Ganso

Señoras y señores, amigas y amigos todos:

Ved aquí a un servidor, presente en el umbral de este acto en nuestra alcalaína y magna Casa del Libro aceptando la invitación para –junto a mi admirada escritora, la novelista laureada, Teresa Galeote—poner en vuelo la noticia de la publicación del poemario LA MÁQUINA DEL TIEMPO, editado por el Grupo Cero de Poesía y Psicoanálisis y cuyo autor es, desde hace bastantes años, mi amigo y reconocido poeta, Carlos Fernández del Ganso.


Y cuanto antes debiera decir que quien les habla carece de méritos que le avalen como crítico literario aunque, eso sí, con buena voluntad puede hilvanar unas palabras meditadas en el justo intento de expresar su más sincera opinión sobre el libro que nos ocupa y la personalidad de su autor.
Y aún siendo casi innecesario, de ser tan conocido el poeta, parece oportuno ofrecer, siquiera brevemente, algún dato sobre su vida y obra: Carlos Fernández del Ganso ejerce como médico y psicoanalista perteneciente al Grupo Cero y viene publicando libros desde 1995, además de realizar una intensa actividad como articulista, conferenciante y coordinador de talleres de poesía en Alcalá.
Respecto al libro que hoy nos cabe presentar, LA MÁQUINA DEL TIEMPO, decir que es el quinto poemario de Carlos, desde que en 1995 publicara el primero, titulado Contando Piedras. Y si en el léxico taurino se suele decir que no hay quinto malo, creo que en esta literaria ocasión se cumple la expresión sobradamente.
Ya nos dejó escrito Antonio Machado que la poesía no es sino palabra en el tiempo, y cómo no recordar en este centenario de su nacimiento –poetas del Grupo Cero—a nuestro y vuestro querido Leopoldo de Luis cuando escribe: Somos de tiempo, soledad y tiempo…
Para Carlos La máquina del tiempo, que corre o vuela, avanza con su lírico mecanismo con parada en esas cuatro estaciones, que son escenarios de los poemas escritos sobre el pasado y el presente; pilares en los que se estructura el libro. Estos cuatro tiempos: Íntimos extraterrestres. Poemas de carne y hueso. Tres generaciones de libros y Clínica de la vida que recogen un total de 77 composiciones.
Y creo que ya es hora de decir que nos encontramos con un denso poemario donde prima un lenguaje poético, libre y transparente, que nos invita a participar de su escenografía donde se representan multitud de imágenes, de sentimientos que afloran sobre los recuerdos distintos y distantes plenos de emociones, en versos que llevan el sello del pulso de un inspirado creador y de una brillante pluma que nos transporta a ese mundo del poeta, si pretérito, latente y vivo y, si presente, dando fe de la realidad del vivir de cada día, del hombre y su circunstancia donde el poeta muestra su raíz más amorosa y solidaria atestiguando: todos los días amo, escribo y olvido.
Así que este libro, digo yo que es como una especie de autorretrato donde queda reflejada ampliamente la esencia del autor desde un amplio abanico de títulos, con páginas de poemas intensamente encendidos de Amor; con fechas de aniversarios entre alegrías o tristezas; con cartas y homenajes; de evocación de los seres ausentes más queridos; versos de reflexionar sobre la libertad, la justicia social, la guerra y la paz, la vida y la muerte o sobre los sueños; cantando a su entrañable geografía y, luego, regresando a la infancia con sus tebeos, o ya volviendo a la clínica de la vida como buen conocedor de la relación de la poesía con la mente y con el cuerpo… Y no le falta tiempo para rendir su total agradecimiento al maestro Miguel Óscar Menassa cuando éste escribe Si es posible el poema es posible la vida. El gran Menassa que le regala para esta edición del libro el ardiente cuadro de la portada titulado El baile de la serenidad y el arte de su grafito en gran número de dibujos ilustrando sus poemas.
Escuchad al poeta cuando canta: Poesía. Máquina del tiempo. Voz. Digamos, profunda y luminosa voz la de Carlos Fernández que nos conduce, por los calendarios y relojes de arena que regulan el tiempo, con certeros versos que nos hacen soñar o, tal vez, nos convierten en cómplices para gozar de la plástica de su mensaje.
Y, por alcalaíno que soy, no puedo dejar de agradecerle su poema referente a Alcalá de Henares, la ciudad de las tres culturas, donde Carlos reside y dice debutó nuestra primera juventud.
Termino ya, no sin antes recomendar a todos ustedes la lectura de tan granado poemario. Y aunque después de estas palabras de Teresa y mías, a manera de prólogo, nos encontremos impacientes ya porque el poeta de viva voz nos deleite con sus versos, no me resisto a destacar éstos de encendida pasión amorosa dedicados a su compañera y destinataria del libro, Pilar Rojas:

Amada compañera en la producción del tiempo,
a veces la lluvia se hace intensa y el sol pinta sombras
que trepando las paredes del hogar
avanzan el techo del olvido.
A veces la noche no llega nunca y nos desploma el sueño
abrazando con tierna pasión nuestros cuerpos.

Muchas gracias.
Luis de Blas


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