jueves, 3 de mayo de 2018

TREINTA AÑOS - Gloria Gómez


TREINTA AÑOS


Lejos queda aquel primer llanto
lanzado a la luz de candiles
sobre sábanas blancas manchadas
de futuro inquieto, desconocido,
labrado bajo estrellas fugaces
de un febrero silente en encrucijadas.

Tus pies, a golpes de talón en la hierba
cincelan un ritmo estrepitoso,
clamando alas, planeando la llanura
en un recodo de vieja esperanza,
mientras el azar se quiebra en el costado
de una solemne algarabía extenuada.

Vientos volverán a mover ingenios
sin temor, las ristras de cultivo,
vendrán a cubrir la estepa lejana
sin dejar la lucha ceñida en la zanja
del estupor, por subsistir en empeños
de resistencia a crueles naufragios.

No dejes vestir tu sed con abatimiento,
ni huyas del latido por la pujanza,
hay días de audaz crecimiento
instalando púrpura en la oscura plaza.

Vive sin perder el valor de los días,
apagando furias entre vapores de ascuas mascadas,
ni quemes el aire de la floresta
con la tizne de un cigarrillo hosco y adverso.

Caminando erguido y con la frente alta,
de tu retina haces de luz arrojan bríos,
a secuaces cruzadas galardonadas,
rompiendo moldes y forjando roles.

El tesón ahogado en tul desgranado
resurge entre visillos de humo,
rodeando de mies la arcaica esquina
en el primer albor inesperado.

Suelta la promesa estercolada en el páramo.
Ilumina con tu refulgencia los sesgos dañados.
Aún quedan derroteros por explorar,
y aún hay tiempo para sembrar la tierra.
Porteadores de palmas llaman a la puerta
ataviando moradas despojadas al yermo.

Gloria Gómez Candanedo
De libro: "Nombre de mujer"

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