SOY UNA PECATRIZ
Detesto las lágrimas a
escondidas
poseer un alma dolorida
presumir de grandes
heridas
sin ver otro porvenir.
Y amo los abrazos sin
prisa
recrearme en tu sonrisa
reírme a carcajadas
porque me embriagan las
madrugadas,
tus caricias perfumadas
los besos sin mesura
nadar en la locura
de las noches festivas
en las que en el escenario
de a vida
me paseo como una gran
actriz.
Y los encuentros a solas
enamorarme como una boba
sentirme en tu alcoba
una gran emperatriz.
La monotonía me deprime
en el pecho una ilusión me
oprime
deseosa de salir
Y si tengo que elegir
quiero tener, como única
cicatriz
el sabor de tu boca,
tu nombre, que vuelve loca
y esta enorme pasión por
vivir.
Todo esto no es pecado
sea quizá, un pensamiento
travieso,
si es así, lo confieso;
soy una auténtica
pecatriz.
Maribel Domínguez Duarte
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