sábado, 4 de mayo de 2024

NOCTURNO DE VERMONT

 


NOCTURNO DE VERMONT

 

 

Me han contado también que allá las noches

tienen ojos azules

y lavan sus cabellos en ginebra.

 

¿Es cierto que allá en Vermont, cuando sueñas,

el silencio es un viento de jazz sobre la hierba?

 

¿Y es cierto que allá en Vermont los geranios

inclinan al crepúsculo,

y en tu voz, a la hora de mi nombre,

en tu voz, las tristezas?

 

O tal vez, desde Vermont enjoyado de otoño,

besada tarde a tarde por un idioma pálido

sumerges en olvido la cabeza.

Porque en barcos de nieve, diariamente,

tus cartas no me llegan.

Y como el prisionero que sostiene

con su frente lejana

las estrellas:

chamuscadas las manos, diariamente

te busco ente la niebla.

 

Ni el galope del mar; atrás quedaron

inmóviles sus cascos de diamante en la arena.

 

Pero un viento más bello

amanece en mi cuarto,

un viento más cargado de naufragios que el mar.

 

(Que luna inalcanzable

desmadejan tus manos

en tanto el tiempo temporal golpeando

como una puerta de silencio suena.)

 

Desde el viento te escribo.

Y es cual si navegaran mis palabras

en los frascos de nácar que los sobrevivientes

encargan al vaivén de las sirenas.

 

A lo lejos escucho

el estrujado celofán del río

bajar la ladera.

(un silencio de jazz sobre la hierba.)

 

Y pregunto y pregunto:

¿Es cierto que allá en Vermont

las noches tienen ojos azules

y lavan sus cabellos en ginebra?

 

¿Es cierto que allá en Vermont los geranios

otoñan las tristezas?

 

¿Es cierto que allá en Vermont es agosto,

y en este mar, ausencia…?

 

César Calvo

Perú, 1942-2000

Cuadro: "Espacio en vuelo" de Miguel Oscar Menassa

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