martes, 26 de diciembre de 2023

DIGO

 

 

DIGO

 

 

Digo malditos sean

los que te niegan el derecho al canto

los que no dejan que alumbre la yerba ni la espiga

ni vibre el aire con la voz del niño.

Digo malditos los que medran con tu dolor y el mío

los infecundos de belleza

los que roban sus dones a la vida

los de las manos pútridas de sangre

que han esterilizado toda tierra.

Los que hicieron los llantos de Hiroshima

y su silencio y los que mutilaron Nagasaki

y están lloviendo su odio sobre Cuba.

Los verdugos de Argelia

y del Vietnam

y de los campesinos de mi tierra.

¿Dónde poner ahora la esperanza?

¿Dónde la dulce flor de la sonrisa

de las madres que gestan y amamantan

si caminamos al azar heridos

de muerte?

Ni sabemos

la dirección de su puñal su aliento

envenenado su siniestro y certero acometer.

Ellos inventan cárceles y muros

fabrican piedra a piedra la vergüenza

erigen sus altares de ignominia

son los amos del miedo y la sospecha.

Desde el principio de los tiempos

ellos marcaron las fronteras.

Pero dicen palabras y palabras

dicen “la libertad” “el progreso” “la justicia”

“la paz” “la convivencia”.

Ellos alquilan líderes

subastan las conciencias

y fabrican sus héroes de trapo

para que el pueblo los admire y crea.

Suprímete el pigmento hermano negro

deja el poncho la ojota viejo indio

esconde tu hambre secular

arranca tu raíz oscura

y macera tu piel

si has de sentarte a su banquete

y apréndete palabras extranjeras

entiende su lenguaje

obrero campesino chino negro

de Puerto Rico o del Japón

de Nueva York o del Brasil.

Ilota de tu propia tierra

trashumante de latitud en latitud

te saben de memoria los caminos del mundo

apátrida andariego

transpones las montañas

cruzas los ríos… hollas las selvas

ubérrimas… e inhóspitas

te traspasa el anofeles… o la silicosis

o nada más el hambre herrumbra tus pulmones

en las barriadas marginales

donde no  cabe más miseria.

Mientras ellos siguen batiendo sus banderas

proclamando doctrinas

y dogmas y principios

para que en su nombre te sigan exprimiendo

los jugos humorales

la luz la voz el aire

los anhelos.

Ellos mutilan las palabras

quiebran los signos

borran las estrellas

hacen amargo el pan

y te niegan el sueño.

Te siguen… te persiguen… y te acosan

y te señalan con el dedo.

Noche a noche se enciende el firmamento

con los reclamos luminosos

de las bombas atómicas

y aunque huyas… y te sumerjas en la tierra

te seguirá la muerte roja

se elevarán los hongos gigantescos

y cubrirá la atmósfera

las radiaciones deletéreas.

Tus hijos y tus nietos recojerán la herencia

mutilados… deformes… enloquecidos… o

simplemente… inmersos

en la gran noche de la inconsciencia.

Sólo que ellos también respirarán veneno

y tendrán miedo

y entonces sí se habrá cumplido la justicia

equitativa ciega

ellos tendrán su propia muerte

fabricada por sus propias manos

cruel… sin tregua.

Homicidas… hipócritas… traidores

profetas del horror

por eso digo

malditos sean por los siglos de los siglos.

Amén

 

Magda del Portal

Perú 1900

Cuadro: "Último recurso" de Miguel Oscar Menassa

 

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