TAMBIÉN NOSOTROS
Sí, zarparemos con los últimos
barcos.
Al mar también le duelen
las piedras que lo ciñen,
cuando su ronca cólera no
basta
a estremecer la muerte del
pequeño marisco.
Apartadme de mí, de mi
larga estadía.
Siempre el rostro y las
manos, el sueño y el espejo.
Podrías recordarme como al
humo:
para eso hay muelles de
dulce declive.
Eternas criaturas de la
tierra,
seguiremos andando debajo
de las flores,
con ligueras estrías
azules en el hombro.
Y acaso reconozcan
nuestros nietos por su pelo arbolado,
por sus ojos de tristes
nadadores,
y su manera de decir: “Otoño…”
Enrique Molina
Cuadro: "Cuerpos entrelazados" de Miguel Oscar Menassa
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