SIEMPRE VIENES DEL MAR
Siempre vienes del mar
y tienes su voz ronca,
siempre tienes ojos
secretos
de agua viva entre las
zarzas,
y frente baja, como
cielo bajo de nubes.
A cada paso revives
como una cosa antigua
y salvaje, que el corazón
ya sabía y se cierra.
Cada vez es un desgarro,
cada vez es la muerte.
Nosotros siempre
combatimos.
Quien se decide a golpear
ha saboreado la muerte
y la lleva en la sangre.
Como buenos enemigos
que ya no se odian
nosotros tenemos una misma
voz, una misma pena
y vivimos enfrentados
bajo un pobre cielo.
Entre nosotros no
insidias,
no inútiles cosas –
combatiremos siempre.
Combatiremos aún,
combatiremos siempre,
porque buscamos el sueño
de la muerte juntos,
y tenemos voz ronca
frente baja y salvaje
y un idéntico cielo.
Fuimos hechos para esto.
Si tú o yo cedemos al
golpe,
sigue una larga noche
que no es paz o tregua
y no es muerte verdadera.
Tú ya no estás. Los brazos
se debaten en vano.
Mientras nos tiemble el
corazón.
Han dicho uno de tus
nombres.
Recomienda la muerte.
Desconocida y salvaje
has renacido del mar.
Cesare Pavese
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