SINCERIDAD
A ti,
mujer de las ductilidades
Y la
fidelidad a juramento
De
amor en sus carnarias mocedades,
Doy
este nervurado testamento
De mi
ser talador tal como ha sido,
Con
su arenalizante sedimento
De
verbenas que en mí se han consumido,
Por
crecer a esta orilla de pantano
Que
no declara su color podrido.
Pálpame
como soy, acre y malsano,
Y
olvídame en el vuelo y su calibre
De
ala ventera a un sol sin meridiano.
No me
figures elevante y libre,
Sino
anclado a feraz estercolero
Sin
conmoción o excelsitud que vibre.
En mi
desclarecer soy verdadero.
Resisto
la amargura y el ultraje
De lo
agudo y lo cáustico y rastrero.
Tolérame
en la ortiga y el brebaje
De
agua seca y manzana incomestible.
Compréndeme
en el ácido homenaje
Que
le rindo a lo oscuro y lo terrible,
Y al
espanto de verme en un encierro
De
tórax opresor y alma vendible.
Rastréame
en la grava y el destierro,
Y
encontrarás mi sombra de colmena
Que
oxida azúcar en salino entierro.
Tenía
que decirte que m pena
No es
la mutilación de las criaturas,
Sino
el rojo sayal de la gangrena.
Ahí
debes tocar mis ligaduras
Y la
cimentación de mi albedrío,
Que
esconde sus inmensas cuarteaduras.
No te
puedo entregar del cuerpo mío
Otra
imagen más alta y transparente.
Soy
fiel a los proclive y lo sombrío.
Tú
que llevas coral sobre la frente,
Tenías
que saberlo antes que hollaras
La
red de este jardín incandescente
Donde
un buitre me come las escaras.
Dale
a mi encobrecer hondo sentido
Y
explora al sur de tus pupilas claras,
Antes
de oír mi tempestad sin ruido.
Germán Pardo García
Del libro: “Centauro al sol”
Cuadro: "Artesanos del goce" de Miguel Oscar Menassa
No hay comentarios:
Publicar un comentario