domingo, 18 de diciembre de 2022

LOS VENCIDOS

 


LOS VENCIDOS

 

 

Mientras escribo hay un ser próximo

a brotar de la entraña de una joven,

que en el umbral de su combado vientre

la tibia carga natural soporta.

Y tal vez antes que concluya

de anudar los estambres de estos himnos,

ya el nuevo ser humano

tendrá una solidez sobre la tierra.

 

Y en los bosques hay un caimán a punto

de romper las paredes de su cápsula,

para lanzarse rápido a las ondas.

 

Un gorila infantil está trepando

por la primera vez a las estrellas,

y un ruiseñor primaveral florece

sobre la gris elevación del nido.

 

La vida intensa y larga derrotándonos

a nosotros, los tristes, que tenemos

un funeral sentido de las formas.

¡Ahí vienen sus enérgicas legiones

brotando de los sexos,

las aguas legamosas,

las húmedas placentas

y el fondo de las cáscaras!

 

¡Ahí vienen niños, ágiles serpientes,

arañas cazadoras,

enormes elefantes

y negros cuadrumanos,

a poblar los vacíos del sepulcro!

 

¡Alabanza a la vida, derrotándonos

en nuestra oscuridad, a los que somos

arcos de triunfo con banderas rotas,

por donde cruzan rígidas cariátides

entre fantasmas, soledad y ruinas!

 

Yo voy con esos taumaturgos

de pies de bronce y azogadas sienes.

miradme entre los pálidos desfiles

por la Avenida del Silencio

de esa metrópoli sentada

sobre unos azolvados laberintos.

 

¡Alabanza a la vida que nos vence

con sus apariciones fulgurantes

de amarillos leones,

azuladas corvinas

y escarlatas antílopes!

¡Alabanza al poder de sus victorias!

¡A su sangre, licor de sus batallas!

¡A su escudo, baluarte de sus héroes

y a su gloria, diadema de sus muertos!

¡Alabanza a la vida!

¡Alabanza, alabanza!

 

Germán Pardo García

Del libro: “El defensor”

Cuadro de Murillo

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