LA MUERTE ME ACOMPAÑA
Soy un gusano vil tratando
de arrancarse el pellejo
que por otra parte
todo el pellejo es él.
Cansado de bucear para
adentro.
Inmóvil.
Apresado por la falta de
cielo
de tanto bucear para
abajo.
La ropa raída por las excavaciones
la vista cegada por el
polvo marino
y las circunstancias.
Sé que otras injusticias
han caído sobre mis ojos
para cegarlos en mi
ausencia.
Con los ojos raídos de no
ver
con las manos atadas a la
espalda
por las dictaduras.
Habitante del sur
tengo las piernas cortadas
por las democracias.
Así que ahora en un bar céntrico
de Madrid
me sentaré y esperaré que
todo se destruya.
Después elegiré entre los
escombros
las piedras fundamentales
de mis versos.
Comenzaré diciendo: Soy el
Poeta.
Europa habrá de morir
entre mis brazos
entre los sonidos
de mis pequeñas garras
latinas.
A solas con la muerte
en plena llanura nacarada
soy el jinete muerto que
galopa y
el impacto fatal sobre el jinete.
Soy el caballo negro que
galopa
y el mar abierto
a las latitudes de la
locura
a lo simplemente
desconocido.
Soy el vértigo de las
palabras
que nunca me pertenecerán
y ella la que me acompaña
la muerte.
¿Qué quieren de nosotros?
Yo soy un gusano vil
y ella mi baba.
Arpegio nota dejada de
lado
y ella un territorio
donde solo la muerte hace
el amor.
Soy un artista
un hombre con sentimientos
flojos
intercambiables
afán de los distinto
y ella es el arte
que al saberse superior
es indiferente a todo.
A veces vamos por la
ciudad
como si Ella y yo
fuéramos el mundo.
Se dan cuenta
qué ferocidad raída
qué mirada ciega.
Y Ella me compra manzanas
y yo me las como
como si Ella fuera mi
madre,
se dan cuenta
qué sagacidad
qué bruma.
Miguel Oscar Menassa
Cuadro: "Muerte de los amados" de MOM
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