miércoles, 11 de mayo de 2022

PROFECÍA

 


PROFECÍA

 

Tú no eres tú, mi hermano y campesino:

tú eres nadie y tu ira, facultada

de manejables arcos acerados.

A tu manera faltas sosegada,

a tu amor y destino,

veterana asistencia de los prados.

 

Cornalón por la hoz, áspero sobre

la juventud del vino,

apacientas designios desiguales;

dices a Dios que obre

la creación, del campo solo y mondo,

¡tú!, que has sacado a Dios de los Trigales

candeal y redondo.

 

Pides la expropiación de la sonrisa

y la emancipación de la corriente

--¡lo imposible—del río.

Dejas manca en los árboles la brisa,

el ave sin reposo ni morada,

con el hacha y el brío.

 

Escaso en todo y abundante en nada,

el florido lugar de regadío

se torna de secano.

 

En nombre de la espiga, te conjuro:

¡siembra el pan! Con esmero.

 

Día vendrá un cercano venido

en que revalorices la esperanza,

buscando la alianza

del cielo y no la guerra.

 

¡Tierra! de promisión y de bonanza

volverá a ser la tierra.

 

Miguel Hernández

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