DOMINGOS
En los domingos, cuando
están las calles
del centro quietas,
alguna vez camino, y las
oscuras,
cerradas puertas
de los negocios, son como
sepulcros
sobre veredas.
Si yo golpeara en un
domingo de esos
las frías puertas,
de agrisado metal, sonido
hueco
me respondiera…
Se prolongara luego por
las calles
grises y rectas.
¿Qué hacen en los
estantes, acostadas
las negras piezas
de géneros? Estantes, como
nichos,
guardan las muertas
cosas, de los negocios
adormidos
bajo sus puertas.
Una que otra persona por
las calles
sola, se encuentra:
un hombre, una mujer, manchan el aire
con su presencia,
y sus pasos se sienten uno
a uno
en la vereda.
Detrás de las paredes las
personas
¿mueren o sueñan?
Camino por las calles: se
levantan
mudas barreras
a mis costados: dos
paredes
largas y paralelas.
Vueltas y vueltas doy por
esas calles;
por donde quiera,
me siguen las paredes
silenciosas,
y detrás de ellas
en vano saber quiero si
los hombres
mueren o sueñan.
Alfonsina Storni
Cuadro: "El paseo del domingo" de Carl Spitzweg
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