domingo, 1 de septiembre de 2019

EL HIJO - Leopoldo de Luis


EL HIJO

Quiero aprender a ver desde tus ojos
el mundo más sencillo, claro y bueno,
y a esperar en el sol de cada día
la nueva luz que alumbrará lo bello.
Desde la pobre tierra de mi vida,
delicado arbolillo, te contemplo
y un gozo triste el corazón me anega
y a los ojos me sube desde dentro.

Mirándote quisiera derretir
este plomo sombrío de mi pecho
y cree en la vida y en las cosas
que nos dictan su claro sortilegio.

Desbaratar el odio como un humo
y apartar la amargura como un velo
y decir a los hombres que es hermoso
bajo el azul glorioso de los cielos
llevar como una rosa la alegría
y la esperanza, como un canto, al viento.

Entre mis brazos trigo de esperanza,
pan de alegría que labores sueño.
Sigue el agua sombría en las acequias
fugitivas del tiempo
y avanzamos los dos oscuramente
con la ilusión calándome los huesos.

Para comer este agrio pan de afanes
y después sonreírnos, ¡cuánto esfuerzo!

Leopoldo de Luis


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