NO TE DETENGAS
NUNCA…
No te detengas nunca
cuando quieras
buscarme.
Si ves muros de agua;
anchos fosos de aire,
setos de piedra o
tiempo,
guardia de voces,
pasa.
Te espero con un ser
que no espera a los
otros:
en donde yo te espero
sólo tu cabes. Nadie
puede encontrarse
allí conmigo sino
el cuerpo que te lleva,
como un milagro en
vilo.
Intacto, inajenable,
un gran espacio
blanco,
azul, en mí, no
acepta
más que los vuelos
tuyos,
los pasos de tus
pies;
no sé verán en él
otras huellas jamás.
Si alguna vez me
miras
como preso encerrado,
detrás de puertas,
entre cosas ajenas,
piensa en las torres
altas,
en las trémulas cimas
del árbol, arraigado,
las almas de las piedras
que abajo están
sirviendo
aguardan en la punta
última de la torre.
Y ellos, pájaros
nubes,
no se engañan:
dejando
que por abajo pisen
los hombres y los días,
se van arriba,
a la cima del árbol
al tope de la torre,
seguros de que allí,
en las fronteras últimas
de sus ser terrenal
es donde se consuman
los amores alegres,
las solitarias citas
de la carne y las
alas.
Pedro Salinas
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