LA ORGÍA
La sombra nos
cobija
con su tapiz de
duelo:
cansado, ya del
cielo
el sol se hundió en
la mar.
el mundo duerme imbécil,
vacilan las
estrellas;
en torno a las
botellas
venid a delirar.
Venid, niñas
sedientas
de libertad y
amores
que fiestas y
licores
dan libertad y
amor.
Húmedos de
esperanza
traed los ojos
bellos,
sin trenzas los
cabellos,
la frente sin
rubor.
La vida es una
farsa
hipócrita y
demente,
y el mundo
indiferente
se cansa del
placer:
el mundo se ha
dormido:
romped vuestros
papeles,
dejad los oropeles
que vano os prestó
ayer[…]
Los labios
desfrenados,
La lengua desatada,
en larga carcajada
prorrumpen sin cesar.
La lumbre de los
ojos
inquieta y
licenciosa,
los ojos de una
hermosa
se afana en
reflejar.
Venid a los
festines
avaras de placeres
que el cielo en las
mujeres
atesoró el placer.
Venid, niñas, sin
cuitas
desnudo el albo
seno,
porque quiero el
veneno
de vuestro amor
beber.
Cuando la inquieta
mente
con el vapor vacile
y revoltosa apile
fantasmas de vapor
veréis cómo,
insensata,
el ánima delira
y voluptuosa aspira
el ámbar del
amor.[…]
De cada ardiente
beso
el lúbrico
estallido
rasgará el
sostenido
murmullo bacanal:
como reloj deshecho
que sin marcar las
horas,
sacude las sonoras
campanas de metal.
El mundo duerme,
niñas,
bebamos y cantemos,
que más no
sacaremos
del mundo
engañador:
húmedos de
esperanza
traed los ojos
bellos,
sin trenzas los
cabellos,
la frente sin
rubor.
Venid, y mal
prendidos
los velos y los
chales,
prodiguen liberales
la luz de vuestra
tez:
los ondulantes
rizos
flotando por la
espalda,
la mal ceñida falda
mintiendo desnudez.
Y las de negros
ojos
que ostenten su
mirada
altiva, enamorada,
con infernal
pasión,
y las rubias
ostenten
sin máscaras de
tules,
las pupilas azules,
y rojo el corazón.
La noche se
desliza,
su llama el sol
enciende,
el día nos
sorprende,
va el mundo a
despertar.
¡Cantemos y
bebamos,
que cuando venga el
día
el sueño de la
orgía
lo volverá a
apagar!
José Zorrilla
España 1817 – 1893
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