VALS
Yo toco el odio como pecho
diurno,
yo sin cesar, de ropa en
ropa vengo
durmiendo lejos.
No soy, no sirvo, no
conozco a nadie,
no tengo armas de mar ni
de madera,
no vivo en esta casa.
De noche y agua está mi
boca llena.
La duradera luna determina
lo que no tengo.
Lo que tengo está en medio
de las olas.
Un rayo de agua, un día
para mí:
un fondo férreo.
No hay contratar, no hay
escudo, no hay traje,
no hay especial solución
insondable,
ni párpado vicioso.
Vivo de pronto y otras
veces sigo.
Toco de pronto un rostro y
me asesina.
No tengo tiempo.
No me busquéis entonces
descorriendo
el habitual hilo salvaje o
la
sangrienta enredadera.
No me llaméis: mi
ocupación es ésa.
No preguntéis mi nombre ni
mi estado.
Dejadme en medio de mi
propia luna,
en mi terreno herido.
Pablo Neruda
No hay comentarios:
Publicar un comentario