DE DOS
PENAS QUE HA QUERIDO
De
dos penas que ha querido
dar
amor a un desdichado,
mayor
que ser olvidado
es
el ser aborrecido:
que
el que olvida, aquel olvido
en
amor puede volver,
mas
quien llega a aborrecer,
cuando
se venga a acordar
será
para maltratar,
que
no para bien querer.
El
olvido es privación
de
la memoria importuna;
consiste
en mala fortuna,
pero
no es mala intención;
mas
quien ciego de pasión
contra
la ley natural
aborrece
en caso igual,
más
que olvido es el desdén,
pues
sobre no querer bien
esta
deseando mal.
Y
si, en fin, aborrecer
es
agraviar, bien se infiere
que
el que ingrato aborreciere
está
cerca de ofender;
y
si hay quien quiera querer
ser
antes aborrecido,
tome
por suyo el partido,
que
si me han de maltratar
por
no verme despreciar,
quiero
anegarme en olvido.
María
de Zayas
Autor del cuadro: Pierre Renoir
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