¡OH BESTIA!
¡Oh Bestia! Maravillosa y
áspera fue siempre tu presencia,
cálido corazón a pleno
sol, vivo en tus fuerzas.
Beso y acaricio tu
permanente escucha.
Amo tus recuerdos y
nuestro plan.
¡Oh Bestia! Oscuro viento
guardó en el aire nuestros
mejores besos.
Habitante poseedor de
todas las respuestas,
abre mi corazón, quiero
quedarme contigo.
¡Oh Bestia!
Contigo,
contigo,
solo es contigo.
No volvía a reconocer
nuestros perfume en el exilio.
La frialdad de la
violencia donde circula el miedo,
no encuentra mis lágrimas.
Petrificada belleza, me
declaro enamorada de ti.
Es tu alma mi Poesía.
Tus océanos la furia de
mis noches.
La calma de mis tardes,
las caídas.
El vértigo perfecto de tus
llamas.
¡Oh Bestia! Cielo abierto,
blanca espuma,
relámpago sin estruendo,
ven, te necesito cerca.
Hoy recuerdo los grandes
abismos
que conocimos sin estar
juntos.
¿Quiénes son los
hambrientos Bestia?
El espanto tiene la
claridad y el aroma de nuestro destino.
Invoco tus sombras, te
encuentro siempre en las tragedias,
y vuelvo a festejar las
marcas que grabaron nuestros pasos.
Vacío de lo incierto.
¡Oh Bestia!
El tiempo,
se
parece a ti,
es inatrapable…
espío la realidad mientras
te espero y desconfío del Bien.
Ajena en tu ausencia,
retrocedo, desvío, me pierdo.
Ambiciono la máxima
fragilidad cuando te encuentro,
algo que me detenga para
no volver a separarme de ti.
Osadía del latido que
suena lejos.
Las viejas cartas de amor
ente nosotros,
marcan el rumbo empecinado
del desierto,
condenado a encontrarnos
en esa invisibilidad
de las ausencias que
nosotros vemos.
¡Oh Bestia, nuestro amor
es tan bello!
Lucía Serrano
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