lunes, 18 de febrero de 2019

LA GALATEA - PRIMER LIBRO - Miguel de Cervantes







LA GALATEA

PRIMER LIBRO

Mientras que al triste, lamentable acento
del mal acorde son del canto mío,
en eco amarga de cansado aliento,
responde el monte, el prado, el llano, el río,
demos al sordo y presuroso viento
las quejas que del pecho ardiente y frío
salen a mi pesar, pidiendo en vano
ayuda al río, al monte, al prado, al llano.

Crece el humor de mis cansados ojos
las aguas deste río, y deste prado
las variadas flores son abrojos
y espinas que en el alma se han entrado.
No escucha el alto monte mis enojos,
y el llano  de escucharlos se ha cansado;

y así, un pequeño alivio al dolor mío
no hallo en monte, en llano, en prado, en río.

Creí que el fuego que en el alma enciende
el niño alado, el lazo con que aprieta,
la red sotil con que a los dioses prende
y la furia y rigor de su saeta,
que así ofendiera como a mí me ofende
al subjeto singar que me subjeta;
mas contra un alma que es de mármol hecha,
la red no puede, el fuego, el lazo y flecha.

Yo si que al fuego me consumo y quemo,
y al lazo pongo humilde la garganta,
y a la red invisible poco temo,
y el rigor de la flecha no me espanta.
Por esto soy llegado a tal extremo,
a tanto daño, a desventura tanta,
que tengo por mi gloria y mi sosiego la
saeta, la red, el lazo, el fuego

Miguel de Cervantes


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