MIENTRAS
LOS ÁNGELES CANTAN LOS DIABLOS SUEÑAN
Somos
el fruto de una población foránea
procedente
de dispares lugares
arrastrando
el sueño de asentar un hogar.
Habitantes
de barriadas humildes
expandidas
sin otro orden
que
el crecimiento industrial.
La
infancia corría feliz por las calles
ente
la niebla de la nostalgia
y
un pequeño rayo de prosperidad.
Crecimos
libres, en parques sombríos
bajo
el frío hormigón, entre ladrillos destrozados
descampados
solitarios y ritmos de rock and roll.
La
primavera en la gris ciudad
brotaba
en forma de adolescencia:
rebelde,
descarada
con
un toque de insolencia y un halo de ingenuidad:
cambiar
el mundo, parar la guerra,
olvidar
la costumbre de algún modo siempre protestar:
no
queríamos parecernos ni a papá ni a mamá.
Princesas
por un día,
se
adentraban en el goce del asiento de atrás.
Mientras
otros, peligrosamente,
jugaban
con la muerte y una sobredosis les arrastraba a la eterna oscuridad.
La
mayoría avanzamos sin volver la vista atrás.
Hoy
los acordes de una vieja guitarra
nos
traslada a las ilusiones perdidas
a
los sueños encontrados
allí
donde siempre regresa el recuerdo
donde
reposo mi mirada.
Maribel
Domínguez Duarte
Toda tú Maribel, solo falta oír tu voz tan agradable. Me encanta, poesía y una serena realidad . Felicidades
ResponderEliminarLas ha hecho mejores
ResponderEliminarEstá bien ..no me encanta empero
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