AMOR
PERDIDO – LA JUVENTUD
IV
Nunca
te dejes llevar por torpes sentimientos.
No
ames, demasiado, el puro amor del alba
ni
bebas, demasiado, del néctar de los labios
ni
mires, demasiada, televisión por las noches
ni
vayas a la guerra ni mates por la espala.
No
te dejes coger por la miseria de los ricos
ni
por las ambiciones malignas de los pobres.
Tú
tranquilo, hombre, que no pasa nada.
No
te dejes engañar por el amor de una mujer
y
mucho menos por el amor de un hombre.
Lo
mejor de todo es no servirle a nadie y
trabajar
duro, por las dudas nadie te sirva a ti.
Y
después si todo lo bueno no te alcanza
escribe
versos de costado, sin caer en el abismo,
sin
derramarte en lágrimas, sin morir en el final,
sin
abrirte, sin llamar la atención, un verso sólo,
fuerte,
que desgarre las fibras de las letras,
pero
que a ti te pase por encima, más allá de tu carne.
Después,
descansa, toca la lira y canta en extranjero,
así
cuando ya nadie, nadie, pueda comprenderte,
serás,
enteramente, libre, abierto a la vejez.
Miguel
Oscar Menassa
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