CREDENCIALES
Tienes nombre,
has labrado los surcos de
tu vida
añadiendo tu nombre a la
prosapia.
Ciudadano del mundo,
con la tenacidad de un
labriego obstinado
tu voz se fue curtiendo al
compás de tu tiempo.
Eres culto,
como alimaña hambrienta
devoraste páginas escritas
que transformaron tu
cuerpo y tu camino.
Trabajador tenaz,
tu vida fue creciendo en avatares
de gestos cotidianos.
Cortés en tus maneras,
al amparo de leyes curabas
tus heridas.
¡Intachable creías!
Un buen día,
desde la lejanía que
engrandece el orgullo,
te convierten en paria.
Tu mirada, detenida en las
cuencas vaciadas de tu mundo
disipa entre tus manos la
dignidad de hombre,
Solo querías volar, y
ellos
reclaman credenciales para
nombrarte humano.
Pilar Rojas Martínez
del libro "Mujer de otoño"
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