BESA MI PIEL EN TU
ALCOBA
¿Qué más te puedo dar, que
no hayamos gozado?
Toma mi existencia,
horas solitarias pensando
en ti,
cada uno de mis huesos
cansados de abrazarte a
escondidas,
habitantes de un mundo
sumergido,
silencioso, invisible, que
agoniza
a la luz
y fenece fulminante en
ojos ajenos.
Cuántos abrazos asesinados
por las agujas de tu reloj.
Cuántas noches frías, sangrando
soledad,
esperando un latido
simultáneo, acompañante,
una secuencia
compartida
sin temor al adiós.
Besa mi piel en tu alcoba.
Déjame que me enrede en
una arruga de tus sábanas,
anudarme en tus brazos,
contemplemos juntos las
sucesivas lunas.
Dejemos atrás las alegrías
momentáneas,
toma esta rosa completa,
con pétalos y espinas
y amanezcamos mañana
también en las tristezas.
Maribel Domínguez Duarte
Precioso Maribel. Quiero leer tu libro. Bss.
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