OTRO VIAJE
Ya
en los campos de Jaén,
amanece.
Corre el tren
por
sus brillantes rieles,
devorando
matorrales,
alcaceles,
terraplenes,
pedregales,
olivares,
caseríos,
praderas
y cardizales,
montes
y valles sombríos.
Tras
la turbia ventanilla
pasa
la devanadera
del
campo de primavera.
La
luz en el techo brilla
de
mi vagón de tercera.
Entre
nubarrones blancos,
oro
y grana,
la
niebla de la mañana
huyendo
por los barrancos.
¡Este
insomne sueño mío!
¡Este
frío
de
un amanecer en vela!...
resonante,
jadeante,
marcha
el tren. El campo vuela.
Enfrente
de mí, un señor
sobre
su manta dormido;
un
fraile y un cazador
--el
perro a sus pies tendido--.
Yo
contemplo mi equipaje,
mi
viejo saco de cuero;
y
recuerdo otro viaje
hacia
las tierras del Duero.
Otro
viaje de ayer
por
la tierra castellana
--¡pinos
del amanecer
entre
Almazán y Quintana!—
¡Y
alegría
de
un viajar en compañía!
¡Y
la unión
que
ha roto la muerte un día!
¡Mano
fría
que
aprietas mi corazón!
Tren,
camina, silba, humea,
acarrea
tu
ejército de vagones,
ajetrea
maletas
y corazones.
Soledad,
sequedad.
Tan
pobre me estoy quedando,
que
ya ni siquiera estoy
conmigo,
ni sé si voy
conmigo
a solas viajando.
Antonio
Machado
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