lunes, 1 de diciembre de 2014

Poesía Contemporánea


ARENGA A LAS ROSAS

Rosas, creced, pujad, multiplicaos
hasta invadir las cajas de caudales
hasta impedir las ametralladoras,
hasta sembrar la pólvora y el hierro
de luz primavera,
hasta ocupar el odio y las entrañas
de obuses; bombas, balas y morteros,

¡Creced, rosas, creced! ¡Pujad sin tregua!
Llenad los ojos de los tocineros,
floreced los cerebros belicosos,
corroed de esperanza a los podridos,
iluminad la mente de las bestias
que se alimentan de oro, y sangre, y lágrimas;
que son capaces de matar la vida
porque palpita y brilla nuestras manos.
Árboles, aguas, pájaros, frutales,
mieses, vides, obreros, plantas, madres,
óleos, música, máquinas, ideas,
vamos a proclamar la resistencia
de amor contra la guerra.

Están sembrando el aire de temores
para amargarnos la alegría,
para que nos matemos tú y yo, hermano,
ahora que ya maduran los dolores, y el
sentido va a revelarse al mundo.
Trabajad de espaldas al temor.
Abrid los ojos, rosas, hombres,
al bien y a la belleza.
¡Creced! ¡Cantad! La vida es nuestra;
la tierra es nuestra, y nuestro es el futuro.
Trabajos, pensamientos, esperanzas,
vuestros y nuestros, rosas, hombres.
Nosotros encendemos las estrellas
y traemos el día, y por nosotros
se hará la paz.
Estamos en peligro, rosas, hombres,
perfume, sol, materia, inteligencia,
ciencia, fe, muerte, piedra, gracia, Dios.

¡Ahoguemos a los bárbaros en luces!
¡Avanzad, rosas, hombres! ¡Ocupad el mundo!


Ramón de Garciasol


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