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A NELSON MANDELA
Ni el acero de la noche helada
Clavado en la profunda soledad del desamparo infinito,
Habitante de la podredumbre arraigada en la hostilidad
Pudieron enterrar aquellas manos libres, indulgentes
Perfumadas en palabras
Que soñaron con declinar palabras
En un mundo unidireccional.
Sin sucumbir al hostigamiento
Sacudieron viejos estigmas
Abriendo caminos duramente
Tiñendo de quimeras el futuro
Demostrando que es posible
Otra realidad.
Maribel Domínguez Duarte
Potentes verssos estos dichos a la memoria de Nelson Mandela, el gran hombre.
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