miércoles, 30 de abril de 2014

Poema leído en el taller 13 de abril de 2014


TU HICISTE AQUELLA OBRA

Tú hiciste aquella obra y le pusiste un título.
Ese y no otro. Siempre,
desde el primer llanto del mundo,
las guerras fueron conocidas,
las batallas tuvieron cada una su nombre.
Tú habías vivido una:
la primera más terrible de todas.
Y, sin embargo, mientras
a tu mejor amigo, Apollinaire,
en casco de metralla le tocaba las sienes,
tu desvelada mano,
y no a muchos kilómetros de lo que sucedía,
continuaba inventando la nueva realidad maravillosa
tan llena de futuro.
Pero cuando después,
a casi veinte años de distancia,
fue tocado aquel toro,
el mismo que arremete por tus venas,
bajaste sin que nadie lo ordenara
a la mitad del ruedo,
al centro ensangrentado de la arena de España.
Y embestiste con furia,
levantaste hasta el cielo tu lamento,
los gritos del caballo
y sacaste a las madres los dientes de la ira
con los niños tronchados,
presentaste por tierra la rota espada del defensor caído,
las médulas cortadas y los nervios tirantes afuera  de la piel,
la angustia, la agonía, la rabia y el asombro de ti mismo,
tu pueblo,
del que saliste un día.
y no llamaste a esto
ni el Marne ni Verdún ningún otro nombre merecedor
del recuerdo más hondo
(aunque allí la matanza fue mucho más terrible).
Lo llamaste Guernica.
Y es el pueblo español
el que está allí,
el que tuvo el arrojo de poner en tu mano
esa luz gris y blanca que salió entonces de su sangre
para que iluminaras su memoria.

Rafael Alberti
España 1902-1999

De  “Los 8 nombres de Picasso y no digo más que lo que no digo”

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