jueves, 25 de septiembre de 2025

NI UN HOMBRE NI UN AMOR MUERE, SI SE LE SIGUE NOMBRANDO.





NI UN HOMBRE NI UN AMOR MUERE, SI SE LE SIGUE NOMBRANDO.

Con todo mi cariño

a mis amigos Esther Núñez y José García.

 

 

Este golpe cruel de realidad:

tu partida,

hace que me brote del alma

una lágrima amarga de rabia y de miel

que se aferra al recuerdo de cada uno de tus abrazos,

de tu eterna sonrisa que todo lo llenaba,

tu voz, profunda y ondulante

la llevaré en mis sentidos

como el halcón que eras,

planeando su vuelo entre versos

y lecturas compartidas.

Padre servicial, esposo ideal,

leal compañero, amigo sin par,

de muchas fiestas anfitrión,

artesano de la buena conversación,

escultor de sonrisas contagiadas,

fabricante de cálidos abrazos y sentidos besos

que repartías por doquier;

y ese corazón tan grande,

realidad palpable de todos los que te conocieron.

Cambiaste el vuelo, pero no nos dejaste.

Siempre habrá un asiento reservado en la terraza de Carlos,

con una incontinente lágrima y sonrisa

en cada latido acompasado

sostenido en la memoria imborrable del recuerdo

que seguirá pronunciando tu nombre.

 

Maribel Domínguez Duarte

Agosto 2025

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