LA VIDA
Que otro se preocupe
de los osarios…
El
mundo
tiene un color
desnudo de manzana: los ríos
arrastran un caudal
de medallas silvestres
y en todas partes
vive Rosalía la dulce
y Juan el compañero…
Ásperas
piedras hacen
el castillo, y el
barro más suave que las uvas
con los restos del
trigo hizo mi casa.
Anchas tierras, amor,
campanas lentas,
combates reservados a
la aurora,
cabellera de amor que
me esperaron,
depósitos dormidos de
turquesa:
casas, caminos, olas
que construyen
una estatua barrida
por los sueños,
panaderías en la
madrugada,
relojes educados en
la arena,
amapolas del trigo
circulante,
y estas manos oscuras
que amasaron
los materiales de mi
propia vida:
hacia vivir se
encienden las naranjas
sobre la multitud de
los destinos!
Que los sepultureros
escarben las materias
aciagas: que levanten
los fragmentos sin
luz de la ceniza
y hablen en el idioma
del gusano.
Yo tengo frente a mí
solo semillas,
desarrollos radiantes
y dulzura.
Pablo Neruda
Cuadro: "El friso de la vida" de Edvard Munch
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