jueves, 17 de abril de 2025

AÑEJA COSTUMBRE


 AÑEJA COSTUMBRE

 

Buscador de perlas, sumergí lentamente mi cuerpo

en solitarias rocas jugando con la espuma de la costumbre.

Corales de sirenas acompañaron la inmersión

acariciando la gruta donde la voz dirige mis pies de atleta.

 

Ella sonríe mi llegada y se escabulle en burbujas de colores

dejando sobre mi piel la sal del tiempo.

 

Buscador de nada, encontré lejos del mar

rocas solitarias, dureza en el rostro de los altos riscos

y arena en los zapatos negros del desfile.

De tanto mudar la piel, se transforma mi osamenta

inerme en manantiales de historias,

agua bendita en las fontanelas inéditas y un líquido amoroso

inaugura el hambre del saber, la sed del deseo.

 

Después hallé balbuceos con forma de letra,

arabescos en las cifras del ser,

pinceladas de imágenes y un rumor marino

en lametea de la voz.

 

Absortas, mis manos escuchaban el origen de las estrellas

y, con los párpados cerrados frente a tu rostro,

besé el infinitivo.

 

También objetos absurdos descubrí:

metales pesados para el cuello, escalones de piedra

y nombres de dioses lejanos al hombre,

con cadenas en los pies para el que, aún,

no pudo deletrear las consonantes del hambre.

 

Y por fin, encontré sujetos extranjeros, a sí mismos,

con brazos de trabajo, cuerpo de palabras

y senda de huellas.

Tan dueños de sus fantasmas singulares,

tan gozantes en la semejanza de nada, que

se organizaron comandos en los barrios para nombrarles

marineros en tierra,

cadáveres en el mar de las cenizas

o locos de atar por el jornal.

 

Añeja costumbre

el diario sustento en cada comida.

 

Carlos Fernández del Ganso

Cuadro: "Atalaya de golondrinas" de Carlos Fernández del Ganso



lunes, 14 de abril de 2025

XXVII - FIN (1911)

 


XXVII

FIN (1911)

 

En medio del terror y de la sospecha

con la mente arrugada y los ojos asustados,

buscamos soluciones y planeamos qué hacer

para escapar de la segura

amenaza que tan espantosamente nos acecha.

Y sin embargo nos equivocamos, ése no es nuestro camino;

las noticias eran falsas

(o no escuchamos, no comprendimos bien).

Otro desastre, otro que nunca habíamos pensado

súbita, tempestuosamente cae sobre nosotros,

y sin darnos tiempo –sin prepararnos- nos arrebata.

 

Konstantinos Kavafis

Cuadro: "En el intento" de Miguel Oscar Menassa

sábado, 12 de abril de 2025

SOLEDAD

 


SOLEDAD

Homenaje a Fray Luis de León

 

Difícil delgadez:

¿Busca el mundo una blanca,

Total, perenne ausencia?

Jorge Guillén

 

Soledad pensativa

sobre piedra y rosal, muerte y desvelo,

donde libre y cautiva,

fija en su blanco vuelo,

canta la luz herida por el hielo.

 

Soledad con estilo

de silencio sin fin y arquitectura,

donde la flauta en vilo

del ave en la espesura,

no consigue clavar tu carne oscura.

 

En ti dejo olvidada

la frenética lluvia de mis venas,

mi cintura cuajada:

y rompiendo cadenas,

rosa débil seré por las arenas.

 

Rosa de mi desnudo

sobre paños de cal y sordo fuego,

cuando roto ya el nudo,

limpio de luna, y ciego,

cruce tus fijas ondas de sosiego.

 

****

 

En la curva del río

el doble cisne su blancura canta.

Húmeda voz sin frío

fluye de su garganta,

y por los juncos rueda y se levanta.

 

Con su rosa de harina

niño desnudo mide la ribera,

mientras el bosque afina

su música primera

en rumor de cristales y madera.

 

Coros de siemprevivas

giran locos pidiendo eternidades.

 

Sus señas expresivas

hieren las dos mitades

del mapa que rezuma soledades.

 

El arpa y su lamento

prendido en nervios de metal dorado,

tanto dulce instrumento

resonante o delgado,

buscan ¡oh soledad! Tu reino helado.

 

Mientras tú, inaccesible

para la verde lepra del sonido,

no hay altura posible

ni labio conocido,

por donde llegue a ti nuestro gemido.

 

Federico García Lorca

Cuadro: "Pentagrama de luz" de Miguel O. Menassa

viernes, 11 de abril de 2025

CASA

 

CASA

 

 

Sobre la mesa

                       el abanico tierno.

Un pájaro muerto en pleno vuelo.

La casa de enfrente

                               blanca de yeso y de nieve.

 

En el jardín ignorado

                                   alguien pasea.

 

Y un ángel equivocado

se ha dormido sobre el humo de la chimenea.

 

                                     Para seguir el camino

                                     Hay que recomenzar

 

                        QUIÉN ESCONDÍA “LAS LLAVES”

 

Había tantas cosas que no pude encontrar

 

Vicente Huidobro

Cuadro: "Recogimiento" de Miguel O. Menassa

 

 

jueves, 10 de abril de 2025

COLOFÓN



COLOFÓN

 

Luz…

Cuando mis lágrimas te alcancen

la función de mis ojos

ya no será llorar,

sino ver.

 

León Felipe

Cuadro: "Dueño de su vida y de su muerte" de Miguel O. Menassa 

miércoles, 9 de abril de 2025

BRINDIS POR UN INSTANTE

 


BRINDIS POR UN INSTANTE

 

Voy a bordar de tibias lentejuelas

este instante que es mío,

a tapizar de fresas y esperanzas

su borde inmaculado.

 

Mientras mañana, o todos los momentos

que velan tras el muro de las horas

permanezcan ocultos,

voy a tomar alegre de la mano

el sol que ya comienza a besar mi butaca,

el vaivén de las hojas

que sobrepasan libres los últimos balcones,

el perro que dormita confiado.

Voy a beber la copa del silencio

que siembra paz y amor en el ambiente

para elevar un brindis de ternura

por el dulce recuerdo

de todos mis amigos.

 

Ahora, cuando el pájaro del sueño

revolotea lejos de mis cuatro paredes,

voy a gustar el vino sorbo a sorbo

de este instante de luz que me acompaña.

 

Teresa Berenguer

Madrid 1932

Cuadro "En el instante" de Miguel O. Menassa

sábado, 5 de abril de 2025

ALTO CRECEN LOS CARDOS

 


ALTO CRECEN LOS CARDOS

 

Ya que nada me dicen

los que tienen la voz,

hablo contigo piedra,

con tus silencios hablo.

 

Ni es el ave que canta,

ni es el viento que silba,

ni al insecto que gime

ni al agua que murmura.

Es al hombre a quien pido

ese acento de hermano,

la palabra, su gracia

para saber que existo.

 

Mas el hombre se ha vuelto

tierra de su principio

y hablo contigo, tierra,

con tus silencios hablo

ya que los dos sabemos

no ver, no oír, callar.

 

Las tres eternas, sabias

virtudes de los muertos.

 

Rafael Arozarena

Cuadro: "Llegada inesperada" de Miguel O. Menassa

 

viernes, 4 de abril de 2025

EL RETORNO INEFABLE

 

EL RETORNO INEFABLE

 

Yo te pensé olvidada para siempre, o ya muerta;

sin vida en el recuerdo de mi existencia incierta,

sin ningún débil lazo que me ligara a ti,

y hoy veo que, más fuerte que nunca, estás en mí.

 

¿Qué asociaciones psíquicas, qué vaga sugerencia

hacen que en esta tarde vuelvas a mi existencia?

 

Me acuerdo como antes te amara, en el pasado,

allá abajo los árboles del campo perfumado;

ebrios de luz, de oro y ensueños, cual de un vino,

cruzábamos el bello paisaje campesino;

tú alegre y sonriente, soñando tus anhelos

de amor bajo la clara belleza de los cielos.

 

Morían los crepúsculos en las tardes tranquilas

con un deslumbramiento genial en tus pupilas,

y el ansia de un deseo clamaba en tu mirar

hondo, como el supremo misterio de la mar…

 

¡Cómo te he recordado, después, solo en la vida!

Aunque ya sin aquella fuerza desconocida

de la emoción pasada… poco a poco, lejana

te vi perderte a modo de estrella en la mañana.

Fulgor sólo de un astro que se oculta en la sombra,

palabra azul que luego ya el labio nunca nombra.

 

¿Por qué en mi vida –estancia muda y abandonada-

enciendes hoy de nuevo la lámpara apagada…?

 

Estaba hoy solo y mudo, solo frente al destino.

Los cielos eran diáfanos, límpido mi camino.

Nada turbaba la honda serenidad del alma;

ni inquietud ni deseo alteraban la calma

total de mis arterias; la paz fluía en las cosas

vitales; en sutiles corrientes misteriosas,

en fluídicas ondas de luz y de armonía

el alma de los mundos a los seres se unía…

 

¿Qué vibración del éter unió nuestra existencia

de pronto, en luminosa, mutua correspondencia?

¿Qué esencia de las cosas, qué ley desconocida?

 

La paz era en mi espíritu y era en mi corazón.

Pero vibraste al ritmo de lo eterno en mi vida…

¡Y he temblado en la tarde con humana emoción!

 

Regino Pedroso

Cuba 1896-1983

Cuadro: "Ya nunca más arpegios" de Miguel O. Menassa

jueves, 3 de abril de 2025

LA FIEREZA DE TUS MANOS

 


LA FIEREZA DE TUS MANOS

 

Cuando no sabías qué hacer,

extendías tus brazos hacia el horizonte,

delimitando el espacio que te separaba del universo.

 

Después, introducías tu mirada

en los resquicios últimos el alma, esperando

que los dioses decidieran el rumbo a seguir.

 

No era que te entregases

a ciertos ejercicios  de indolencia y pasividad,

más bien, era tu manera de estar alerta.

 

Todo movimiento superfluo quedaba restringido,

tu cuerpo imitaba al camaleón que,

aun quieto, es un cazador infalible.

 

Así, aparentando no estar en nada,

atendías todo, tus sentidos poseían la precisión

necesaria para ejecutar aquella tarea imposible.

 

Y, entonces, ocurría el milagro:

la fiereza de tus manos dibujaba,

sobre el papel, un nuevo poema.

 

Carmen Salamanca

Del libro: “La luna en mi calle”

Cuadro: "La luz en las entrañas" de Miguel O. Menassa

 

martes, 1 de abril de 2025

EL AMOR ES UN MILAGRO

 


EL AMOR ES UN MILAGRO

 

Es extraño sentirte cerca del alma que no tengo.

Ansío vuelos en aguas marinas para nosotros fos.

Te esperaré hasta hoy de todas las maneras.

Los marineros para divertirse suelen hacer tonterías.

Construyen aventuras incumplidas.

En el mar los pájaros estacionan su cuerpo a los vaivenes.

Sus alas no alcanzan para llegar a otros horizontes.

Hay bellezas todavía en mis sueños.

Uno no se da cuenta cuando dice que no,

sólo basta con mirar los efectos.

Nuestra memoria es frágil y la vida demasiado corta.

Todo pasa muy rápido para entender los acontecimientos.

El amor es un milagro, su tiempo parece pasar en otros

universos.

 

Lucía Serrano

Del libro: “Máscaras”

Cuadro: "Amor ante la muerte" de Miguel O. Menassa