domingo, 9 de junio de 2024

PRESENTACIÓN "NOMBRE DE MUJER" EN LA CASA DE LEÓN EN MADRID

 



PRESENTACIÓN DE NOMBRE DE MUJER

 

Para un gato maragato presentar este libro en la Casa de León en Madrid, es un singular desafío. Seis años después de publicado el poemario y en un nuevo escenario vuelvo a leer los poemas con los que ustedes, noveles poetas entonces, se presentaban por primera vez en público.

 

Hoy, han crecido han permanecido leyendo y escribiendo en el taller de Poesía, al que todos los domingos acuden, han publicado revistas, nuevos libros, han organizado recitales y sin embargo NOMBRE DE MUJER, sigue siendo necesario. Digo, este libro continúa sorprendiendo al lector, no cesan los poemas de conversar entre sí y con otros libros.

 

Rescato de la primera presentación algunas frases, tal vez hoy puedan escuchar sin dejar de volar.

 

Ellas son tres mujeres que viven, trabajan y ejercen su libertad en Alcalá de Henares. Nacieron por primera vez en otros lares. Nadie en sus barrios, ninguna raíz aseguraba atravesar la frontera de la escritura, sin embargo pactaron con la poesía y años después publicaron y continúan siendo diferentes poetas. Demostraron no estar marcadas por el pasado sino por el futuro pacto escritural que como poetas las produce.

 

Saben que solas nada pueden, saben que el trabajo de leer tiene consecuencias, saben que cuando una mujer desea escribir construye la verdadera historia de la humanidad. Tres mujeres en perfecto desacuerdo, mostrando que lo social nos produce, que la poesía es un arma cargada de futuro porque el decir del poeta permanece en lo no dicho. Y si cito a Heidegger a Celaya y a Menassa, es porque fueron acunadas por la poesía escrita y leída entre todos.

 

No es fácil para una mujer cumplir con su deseo, no ceder ante las infinitas invitaciones del pasado, los frecuentes prejuicios del presente y el temor irracional a dejar de ser amadas. Y sin embargo, y ahora las nombro por su Nombre de Mujer: Esther Núñez Roma, Maribel Domínguez Duarte, Gloria Gómez Candanedo, ustedes se encuentran cada domingo por la tarde con la función poética que coordina vuestros pasos.

 

Estoy muy orgulloso al presenciar cómo crece lo recién nacido y alegre por escuchar grupalmente, en cada voz, la singularidad de las diferencias.

 

El libro está publicado por la Editorial Grupo Cero, un óleo encuadra la carátula titulado “Cuando la mujer desea” de Miguel Oscar Menassa, director de la Escuela de Poesía Grupo Cero, a la que pertenece el taller de Alcalá de Henares. Nuestro director ha fallecido recientemente, el 25 de marzo, su escritura vive entre nosotros y sus discípulos homenajeamos su memoria permaneciendo alimentados por la poesía.

 

El poemario se estructura en tres significantes: El Barrio, Atravesando la Frontera, Raíces. Algunos dibujos en el interior escuchan la conversación que los 64 poemas mantienen entre sí y en la contraportada podemos leer el extracto de su recorrido poético y el acuerdo de un cadáver exquisito.

 

Sí, es un libro, un libro de poesía escrito en la ciudad de Alcalá de Henares por tres mujeres. Sí, un poemario insólito porque no son versitos, son poemas donde la crueldad, el odio, el olvido, la muerte, el amor, la guerra y la desnudez del cuerpo frente al deseo, despliegan un tesoro a disposición del lector. Las autoras, cual obreras de la poesía, soldadas del verso, producen interlocutores en cada poema, porque todos los versos tienen destinatario.

 

Y ahora, debo puntuar de cero al infinito el libro. Lo haré con sus palabras.

 

Empiezo por El Barrio, así se agrupan los poemas de Esther y con el fusil quebradizo de la muerte leo el temblor en sus manos escribiendo y, así desafiando la muerte amanece un nuevo día. Con los recuerdos construye imágenes prohibidas, metáforas donde un niño nunca recuerda qué preguntó ayer. Y le dedica a noviembre su primer recital, las paredes se hacen hogar y los cuadros serán cómplices de sus secretos. Poeta de primera juventud y eternos almanaques, Ella está presente allí donde los libros cobran vida con flamantes vocablos que inventan una extraña caligrafía y recorriendo el tren de la vida descubre el papel de la edad. Te felicito por pensar después de escribir y permitir que la lágrima se deslice sin temor para encontrarse con la lluvia.

 

Prosigo con Atravesando la Frontera donde Maribel, con un ¡Ay! exclama al público lector su pasión sobre el cuerpo del verso, allí donde el deseo es un faro potente que guía su vientre hasta el navegante lector de su danza sobre el escenario de la vida. Ella talla sus remos y cuida los claveles rojos, atrapando tú nombre en los labios de su memoria. La poeta sabe esperar, puede inundar de olvido la profundidad de la mirada o arrancarle sílabas al cantaor: las cosas verdaderas son las que salen del corazón. Se declara amante de la poesía que le llevó al teatro y de las sábanas escarlatas que cubrieron su desnudez. Su carne encendida, sus labios sedientos, atraviesan la frontera del deseo voraz que repite su nombre de mujer. Ella princesa por un día, silencia procedencias, se siente una gran emperatriz en el poema y se confiesa una auténtica “Pecatriz”. Te felicito poeta.

 

Y abrochando el poemario Raíces donde Gloria, se presenta disfrazada y con su perfume, allí donde los cuerpos crepitan como ese crujir del pan. Poeta de las quimeras, el paisaje de su aldea está presente en cada verso, y puntúa, que se puede vivir sin perder el valor de los días, que siempre hay tiempo para sembrar la tierra. Tal vez el poema “La Tierra” sea el epicentro de su alma poética como el canto de las golondrinas que se alejan porque podrá no haber poeta, pero siempre habrá poesía. Ella campesina de la sutileza moldea con sus manos los esbeltos tulipanes de su nombre de mujer. Escucha a los jóvenes y les dedica poemas: siempre hay un precio que pagar a la patria confianza, aunque las espinas del camino se claven en la planta de los pasos. De las uvas sin recolectar como aquellos barcos de papel, lo más caro es la soledad. Y cuando el sauce añora la voz de la sabiduría, el poeta deja la huella imborrable en papiros inolvidables.

Felicidades poeta!

 

Escuchemos ahora la voz del pueblo recitando Nombre de Mujer. Gracias.

Carlos Fernández


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