miércoles, 16 de febrero de 2022

PRIMER AMOR

 



PRIMER AMOR

 

¡Qué sorpresa tu cuerpo, que inefable vehemencia!

Ser todo esto tuyo, poder gozar de todo

sin haberlo soñado, sin que nunca

un ligero esperar prometiera la dicha.

Esta dicha de fuego que vacía tu testa,

que te empuja de espaldas,

te derriba a un abismo

que no tiene medida ni fondo.

¡Abismo y solo abismo de ti hasta la muerte!

 

¡Tus brazos! Son tus brazos los mismos de otros días,

y tiemblan y se cierran en torno de tu cuerpo.

Tu pecho, el que suspira, ajeno, estremecido

de cosas que tú ignoras,

de mundos que lo mueven…

¡Oh pecho de tu cuerpo, tan firme y tan sensible

que un vaho lo pone turbio

y un beso lo traspasa!

¡Si nunca nadie dijo que así se amaba tanto!

¿Podías tú esperar que ardieran tus cabellos,

que toda cuanta eres cayeras como lumbre

en un grito sin cifra,

desde una cordillera gritada por la aurora?

 

¿Ceniza tú algún día? ¿Ceniza esta locura

que estrenas con la vida recién brotada al mundo?

¡Tú no te acabas nunca,  tú no te apagas nunca!

Aquí tenéis la lumbre, la que lo coge todo

para quemar el cielo subiéndole la tierra.

 

Carmen Conde

 

 

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