HOY ME GUSTA LA VIDA
MUCHO MENOS
Hoy me gusta la vida mucho
menos,
pero siempre me gusta
vivir: ya lo decía.
Casi toqué la parte de mi
todo y me contuve
con un tiro en la lengua
detrás de mi palabra.
Hoy me palpo el mentón en
retirada
y en estos momentáneos
pantalones yo me digo:
¡Tanta vida y jamás!
¡Tantos años y siempre mis
semanas!...
Mis padres enterrados con
su piedra
y su triste estirón que no
ha acabado;
de cuerpo entero hermanos,
mis hermanos,
y, en fin, mi ser parado
en chaleco.
Me gusta la vida
enormemente
pero, desde luego,
con mi muerte querida y mi
café
y viendo los castaños
frondosos de París
y diciendo:
Es un ojo éste, aquél; una
frente ésta, aquélla… Y
repitiendo:
¡Tanta vida y jamás me
falla la tonada!
¡Tantos años y siempre,
siempre siempre!
Dije chaleco, dije
todo, parte, ansia, dije
casi, por no llorar.
Que es verdad que sufrí en
aquel hospital que queda
al lado
y está bien y está mal
haber mirado
de abajo para arriba
mi organismo.
Me gustaría vivir siempre,
así fuese de barriga,
porque, como iba diciendo
y lo repito,
¡tanta vida y jamás! ¡Y tantos
años,
y siempre, mucho siempre,
siempre siempre!
César Vallejo
Cuadro: "El árbol de la vida" Gustav Klimt
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